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MENA Y ADRIANA, REPRESENTAN LO MÁS DAÑINO PARA TLAXCALA


Redactado por: adriana bravo
mayo 14, 2016 , a las 1:28 am

Tlaxcala, Tlax.- Y lo afirmamos, porque al revisar la historia de México y de Tlaxcala, claramente se puede saber, como esos dos partidos políticos, siempre han sido cómplices de sus fechorías; los unos siempre cubriéndose a los otros -impunidad pura-, alternándose en el poder y apoyándose entre ellos para protegerse y beneficiarse. La gente, los que menos tienen, los que más necesitan, esos no son importantes para ellos, mientras no les estorben en el logro de sus pillerías. Marco y Adriana pertenecen a esa “clase política”, que de clase no tiene nada, que se ha agrupado en el poder únicamente para satisfacer sus intereses personales y que con tal de permanecer en sus privilegios y deshonestidades son capaces de robar, matar, mentir y simular que trabajan, cuando en realidad se la pasan disponiendo del presupuesto, de los recursos públicos, para su único beneficio. Basta con observar los últimos 20 años de la vida pública en México, en donde los gobiernos priistas y panistas, han impuesto a la gente un sistema neoliberal, para beneficio económico directo de los ricos y el perjuicio de las grandes mayorías de la población; además, han empezado a imponer unas reformas que les están permitiendo enriquecerse con la venta de nuestros recursos naturales y concentrar el poder en manos de una sola persona:  Enrique Peña Nieto, el Presidente de la República más impopular que se recuerda en la historia contemporánea.   Ayer 11 de mayo, la Revista Proceso publicó un artículo de José Gil Olmos, que tituló “EPN hunde al PRI”, y en una de sus reflexiones dice: El PRI encabezado por Manlio Fabio Beltrones tiene muchas dificultades para ganar las elecciones a gobernador en Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Algunos de estos aprietos son por los saldos negativos que dejan sus gobernadores involucrados en escándalos de corrupción, narcotráfico, violación a los derechos humanos y desvío de recursos. Pero el mayor saldo negativo es Peña Nieto. Las responsabilidades negativas que persiguen a nuestro modesto Ejecutivo nacional son sus escándalos de corrupción y los lamentables resultados de las llamadas “reformas estructurales” que él impulso; por cierto, Adriana Dávila voto, en su cargo de Senadora, a favor de esas iniciativas del Presidente, que tienen en jaque a millones de mexicanos cada vez más pobres, cada vez con menos esperanza; y ahora anda en su campaña diciendo que siempre ha apoyado a las personas menos favorecidas. Eso Señora Dávila, es no tener vergüenza. De a poco, esos grupos políticos en el poder, están imponiendo una auténtica dictadura a los tlaxcaltecas y mexicanos, para beneficio de ellos mismos; todo eso la gente lo sabe y lo dice al interior de sus familias y amistades, porque si lo dice públicamente, se expone a las represalias de los gobernantes. Este Estado y este país, están pasando por la peor crisis social, política y económica de su historia, por culpa de un grupo de personas que se han adueñado del poder, actuando corruptamente y usando en su exclusivo beneficio los recursos públicos, que son del pueblo y no de ellos. Existe un hartazgo social del mal comportamiento de los políticos, que tienen hundido a la mayoría de la gente del Estado y del país, en la más agraviante de las pobrezas, según llas cifras oficiales. La llamada clase política, es odiada desde hace mucho tiempo no sólo por los ciudadanos sino por los jóvenes, hombres y mujeres, que ya están hartos de las conductas corruptas y sucias de los gobiernos emanados del PRI y los no menos funestos del PAN. La pobreza, la delincuencia organizada, el bajísimo nivel educativo de la población, la corrupción, el enriquecimiento inexplicable de los políticos que ocupan los cargos públicos y que nunca nadie los castiga por ello-impunidad-, los pésimos servicios de salud, el desempleo, el abandono de los campesinos, el nulo desarrollo pesquero no obstante que tenemos en el país, extensas franjas de playa y mar, etcétera, son culpa de los grupos priistas y panistas que se han alternado el poder recientemente. Todo eso y más, la cultura de la tranza, de lo ilegal, lo indebido, lo sucio, es lo que representan Marco Mena y Adriana Dávila en Tlaxcala; es de esperarse para bien de Tlaxcala y del país, que la gente los rechace en las votaciones de junio próximo. La gente no puede ni debe estar a favor de quienes representan lo más putrefacto de la política de Tlaxcala, decíamos en otra entrega, y que tanto daño le han, le siguen y seguirán haciendo a nuestra población, si lo permitimos una vez más.

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