Oaxaca, Oax.- Mónica y Gladys son una pareja de lesbianas que decidieron incrementar su familia, son madres de tres pequeños, los cuales fueron gestados por ellas, Mónica es madre biológica de dos pequeños y Gladys de una niña, pero en su hogar las dos son las madres de esta tercia de infantes.
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Por la falta de legislación para realizar el reconocimiento de la unión de las parejas homosexuales, así como de sus hijos, en Oaxaca, esta pareja que lleva 12 años de relación, busca darle una certeza jurídica a sus pequeños. Mónica, quien sí tiene seguridad social tuvo que reconocer legalmente a los tres infantes, ya que Gladys, aunque sea la mamá de la niña, cedió sus derechos legales a su pareja para que su pequeña tuviera vacunación y atención médica.No necesitas un papel para tener compromiso
El estado civil de ambas sigue siendo soltera, pero el compromiso de un matrimonio existe, porque no se necesita un documento para tener responsabilidades con tu pareja, así lo externa Mónica, quien a sus 40 años es la cabeza de familia.
“Hablamos con el abogado que llevó el caso de la primera pareja de chicas que se casó en México, pero nunca me había pasado por la cabeza hasta que iba a nacer la nena, de hecho no me había interesado casarnos, porque las obligaciones son las mismas , con papel y sin papel”, señala Mónica, mientras frota sus manos.
Lo que más preocupa a esta pareja es la incertidumbre legal que existe para sus hijos, ya que sólo una de ellas es la madre, “Gladys no tiene seguro y yo no le puedo dar, porque los hijos son de las dos, queríamos que llevaran ambos apellidos, pero la ley no lo permite”, externa Mónica.
“Para poder casarnos nos pidieron que metiéramos un amparo, el cual duraría de dos a tres años, de ahí, teníamos que meter otra demanda para el reconocimiento de los niños que duraría otros tres años, luego hacer un juicio para que se pudieran cambiar los apellidos”, comenta la pareja, la cual prefirió omitir todo este papeleo y vivir como familia sin documentos.
Tenemos 3 niños
“Ante la ley soy madre de los tres, fue la única manera que encontramos, con todo el dolor de no poder reconocer a su hija, Gladys no tiene figura legal en la vida de nuestros pequeños”, lo que más les preocupa a ambas, es el hecho de que falte alguna y más, de que solamente una de ellas tiene la patria potestad de los niños, la otra sólo es la pareja de la mamá, porque no puede reconocer a sus hijos, ante la falta de apoyo.
Una de las principales preocupaciones de estas mujeres es que si faltara la madre legal, la otra no podría ni tendría derecho a tener a los niños. “yo pelearía, pero legalmente no soy nada de mis hijos y mis familiares, aunque quisieran, no podrían”, comenta Gladys mientras uno de sus hijos la abraza y le dice I love you mom; sus hijos son monolingües, solamente se habla inglés en su casa, ya que ambas son profesoras de inglés como segunda lengua.
La familia acepta o se hace la desentendida
La familia de Gladys es del Istmo de Tehuantepec y solamente su papá y sus hermanos aceptan a Mónica como la esposa, y su mamá se niega a respetar su decisión, “ella se niega a respetar que tengo una familia, yo soy del Istmo y la sociedad es matriarcal, pero ella dice que me respetaría si tuviera un esposo”.
En su familia también hay homosexuales, pero asegura que sus tías prefieren ignorar estas situaciones, en el caso de Mónica es diferente, ella proviene de un pueblo de los Valles de Oaxaca, en donde fue educada de forma tradicional.
“Antes puta que lesbiana”
En la casa de Mónica su papá siempre decía que prefería tener una hija prostituta a lesbiana, ahora que sabe las preferencias de ella, la acepta, ambas comparten que cumplirán 12 años de relación y 10 de vivir juntas “nos conocimos en la escuela, ella trabajaba y yo estudiaba nos hicimos buenas amigas, yo tenía un novio con el que anduve seis años, lo dejé por Mónica, luego me fui un año a Estados Unidos y cuando regresé decidimos vivir juntas”, y es así como la historia de esta pareja comenzó.
La maternidad, sin importar preferencias
Mónica externó que cuando su reloj biológico la llamó, decidió ser madre “yo no quería tener hijos por cuestiones de familia, mi hermana tiene una enfermedad mental y tiene 36 años, pero es como un bebé de menos de un año, cuando fuimos al doctor, dijo que era un problema congénito, el hermano de mi mamá también tuvo dos hijos con retraso”, pero aún con el miedo de que sus hijos presentaran enfermedades, decidió ser mamá.
A los 35 años Mónica se embarazó por primera vez, fueron al médico pero era incosteable en esa época una inseminación, además de que no quería someterse a un tratamiento, “creo en Dios y dije que si se daba, me embarazaría” y así fue, la pareja platicó y buscaron donadores, los tres niños son de diferentes papás, porque intentaron que fueran del mismo, pero no se pudo.
Otro hijo más
Gladys es la más joven, tiene 34 años y quiere embarazarse otra vez, la pareja como cualquier otra ha platicado, pero Mónica considera que no es buen tiempo, ya que ella es la que trabaja y quiere pasar más tiempo con sus hijos, no ser solamente la proveedora.
Así como esta pareja hay cientos de ellas en Oaxaca y ante la falta de legislación, no pueden reconocer su unión ante la ley y mucho menos dar su respaldo legal a sus hijos.
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20 de julio del 2025