Muchos se cuestionan lo que ocurre en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM con el cierre y protestas de la misma contra la visita de Ricardo Anaya. Independientemente del personaje político, la preocupación es que un grupo reducido de estudiantes olvide la vocación real de la universidad donde caben todas las ideologías y se privilegia el diálogo con argumentos. Ahora parece que solo el pensamiento único, el de ellos, es el verdadero.