Por FRUMENCIO VERDUZCO
Tlaxcala.- Ocho años de apostolado en Tlaxcala no fue tarea sencilla para Francisco Moreno Barrón, quien hoy mismo ha hecho maletas para volar a Tijuana, donde hay razones de sobra que han encendido los focos rojos. El Papa Francisco lo nombró Arzobispo y seguramente espera de él que las aguas vuelvan a su nivel. Por lo pronto, allá en esa ciudad fronteriza la grey católica tiene una alta expectativa de quien llegará a acabar con el ambiente relajado y desentendido.
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Cuando Moreno Barrón llegó a Tlaxcala, tuvo el reto de hacerse de un lugar propio entre una feligresía con el recuerdo de Jacinto Guerrero Torres a flor de piel, y de don Luis Munive, metido en el corazón del más importante conglomerado de fe en Tlaxcala.
Chiapas.- Junto a Lalo Ramírez, Hugo Pérez Moreno –frustrado y molesto porque no lo dejaron ser el alcalde de San Cristóbal de Las Casas- aparece la figura del corrupto de Mariano Díaz Ochoa, que ahora es diputado y que con Rosales traía negocios desde hace mucho tiempo en cuanto a las constructoras. Todos sabemos que Díaz Ochoa destinaba todas las obras más fuertes a la empresa del ex delegado y su hermano. Así hicieron jugosos negocios millonarios en lo que el ahora diputado se llevó tajadas de varios ceros.
Tres actores involucrados en el problema de Chenalhó, dicen que también son los artífices de los conflictos en Oxchuc e Ixtapa. Yo, no lo dudo. Por el contrario, he visto cómo se desempeña cada uno de ellos y estoy seguro de que con tal de seguir enquistados en el poder, de seguir mamando del erario, de seguir obteniendo las prebendas a las que se han acostumbrado, son capaces de bajar al mismo infierno y llenarlo de agua para crear un caos como el que han forjado en varios municipios.
Por eso les digo… Y nos leemos hasta la próxima edición…