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TRAFICANDO CON VIDAS HUMANAS


Redactado por: adriana bravo
julio 30, 2016 , a las 1:22 am

Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Todo comienza con una atractiva oferta de trabajo, un escape a la dura realidad o la promesa de un mejor mañana. Sin embargo, las personas que creen haber encontrado una salvación, realmente están a punto de comenzar a vivir una pesadilla.

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La trata de personas es uno de los delitos más lucrativos después del tráfico de drogas y el de armas, las más afectadas son mujeres, niñas y niños, quienes encabezan las cifras de víctimas, como “Marina”.

“Me obligaban a tener sexo”

“Marina” tenía solo 14 años cuando se salió de su casa, donde era golpeada y donde sus papás no se preocupaban por ella. Por eso, la promesa de un amor de hacerla feliz y salvarla de ese infierno sonó muy bien para irse a vivir con él.

“Conocí a un chavo del pueblo, él tenía 18, cuatro años más grande que yo. Me empezó a conquistar y yo me fui de boca, sentí que me enamoraba por primera vez y me sentía soñada, como a las tres semanas me dijo que me fuera a vivir con él”, recuerda.

Ella aceptó de inmediato, y se salió de su casa a los dos días. Él se la llevó a vivir a una casa que rentaba en una colonia a las afueras de la ciudad, un lugar muy sencillo que apenas tenía una parrilla eléctrica, una cama y una silla, pero se sentía mejor que en su casa… hasta el momento.

“De repente, llegaban hombres todas las noches y otras mujeres, él me decía que bajara con ellos pero prefería quedarme en el cuarto, hasta que un día me obligó a bajar y me puso con uno de esos hombres, para que me acostara con él”.

Al día siguiente, “Marina” se sentía asqueada, pero su presunto novio le dijo que él se dedicaba a eso, a tratar con mujeres, y si quería seguir viva tenía que cooperar y echarle ganas al trabajo.

Fue así como diariamente, a cambio de una insípida comida y no ser golpeada, “Marina” atendía hasta 10 hombres al día, cuando nunca antes había mantenido relaciones sexuales; con el tiempo, empezó a volverse más fría y a no quejarse… “me sentía muerta por dentro”.

Hoy, 10 años después de la traumatizante experiencia que vivió cerca de seis meses, se atreve a romper el silencio, pues un día logró escapar de aquel infierno que aún la persigue en las noches.

“No sé cómo, un día al despertar no había nadie, y la ventana no tenía seguro. Me salí por ahí y corrí con todas mis fuerzas, como nunca había corrido, no sabía a donde ir, así que fui a casa de la única amiga que tenía y ella me ayudó mucho”.

“Marina” tuvo suerte: muchas víctimas de trata terminan en garras de las drogas, el alcohol, o no viven lo suficiente para contarla, pero ella logró escapar de su pesadilla y salir adelante, sin errar sus pasos o acabar mal.

“Años después, cuando aún no podía dormir en las noches, encontré un centro de atención a víctimas y me di cuenta lo mal que estaba, ahí me orientaron, me ofrecieron terapia psicológica y aprendí costura, así poco a poco he hecho lo que he podido y hoy estudio una carrera técnica”, asegura.

Hasta el momento, no ha tenido pareja, pues todavía desconfía de los hombres y prefiere alejarse. Aunque no sabe si algún día será capaz de tener una relación, confía en Dios de que su vida irá mejorando poco a poco y que no volverá a sufrir lo que algún día fue obligada a padecer.

La trata, un delito grave

Debido a la rentabilidad que tiene este delito para quienes son tratantes, los gobiernos del mundo se han unido para poner un freno a este fenómeno que día a día se hace más común, sobre todo en aquellos países cuyo proceso de desarrollo ha sido más lento.

Las formas de reclutamiento más comunes son promesas de trabajo, estudio o en cuestión de viaje de turismo, así como se pueden presentar anuncios en estaciones de radio, periódicos y el internet -sobre todo en este último- que para muchos son un boleto de salida para su situación actual.

Los factores que inciden en la vulnerabilidad de las personas son la pobreza, la falta de oportunidades de empleo y carencias económicas, la discriminación contra la mujer, las adicciones, la inequidad, la corrupción, la violencia política social, la migración y la falta de afecto.

Por ello, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) recomienda no entregar el pasaporte o cualquier documento a ninguna persona, no creer en propuestas de empleo o mejoras en la calidad de vida, sin saber realmente a qué te vas a dedicar, tener cuidado con los anuncios donde se solicitan personas jóvenes para trabajar en el extranjero, en especial en aquellos que son promovidos por agencias de modelaje, empresas turísticas y de colocaciones, ya que en ellos pueden estar presentes posibles tratantes.

Así, mientras aumenta el número de víctimas y disminuye el de sobrevivientes, cada vez es más fácil contactar y atraer gente que cae en esta nueva forma de esclavitud, por la accesibilidad de los medios y la facilidad con que creemos casi todo lo que vemos… mucho cuidado, muchos se van, pero muy pocos regresan, y quienes lo hacen, jamás vuelven a ser iguales.

En Chiapas

El informe “Diagnóstico y Situación Actual del Delito de Trata de Personas en Chiapas”, reveló que en 30 municipios de este estado se comete el delito de trata de personas.

A partir de los datos nacionales y municipales, el estado de Chiapas muestra grandes disparidades en sus indicadores demográficos, educativos, laborales, por ello es considerado un estado con bajos niveles de calidad de vida.

  Publicado hace algunos  meses  y elaborado por la Secretaría de Gobernación (Segob), el documento informó que Chiapas se convierte en un estado de enganche, destino y paso de víctimas de trata de personas, nacionales y extranjeras, ya que la condición de territorio fronterizo, da a la entidad una posición particular digna de análisis por los procesos sociales y delictivos que ocurren o pasan por los espacios limítrofes entre naciones.

Indicó que la revisión de los indicadores estadísticos hizo posible la localización de algunas situaciones que hacen vulnerable a determinados grupos de la población en la entidad, pero también presenta algunos elementos útiles para la prevención de este delito, como es la educación y el número de casos presentados en algunos municipios.

La presentación numérica de resultados, así como la referencia a las localidades en que se cometen delitos ayudará a identificar los focos rojos de la problemática en la entidad.

  La articulación de los factores de vulnerabilidad tanto individuales como estructurales en la trata de personas hace más proclives de este evento a las mujeres, adolescentes y niñas, en ciertos grupos sociales.

Asimismo el documento detalla que no se debe olvidar que nadie está exento de ser enganchado por grupos delictivos dedicados a esta actividad, sin importar el sexo, la edad, escolaridad, raza, las preferencias religiosas o el área geográfica donde se habite.

De acuerdo a la Segob, los municipios donde se cometieron delitos relacionados con la trata de personas fueron Tuxtla Gutiérrez, Frontera Comalapa, Tapachula, San Cristóbal de Las Casas, Huixtla, Ocosingo, Palenque, Suchiapa, Suchiate, Tonalá, Arriaga, Berriozábal, Teopisca, Comitán, Escuintla, Huehuetán, Mapastepec, Ocozocoautla, Reforma, Acapetahua, Chanal, Chiapa de Corzo, así como en Cintalapa, Ciudad Hidalgo, Pijijiapan, Rayón, San Fernando, Tuzantán, Venustiano Carranza y Villa Las Rosas.