Sobre la calle de Crespo, en uno de los accesos de las Escaleras del Fortín, el tronco del laurel milenario que colapsó debido a las obras, permanece sin ser retirado, en tanto, los vecinos advirtieron que otro ejemplar está a punto de colapsar.”La obras de las escaleras están mal hechas, el olor a pestilencia que sale del canal que construyeron debajo de las rampas, es insoportable, las máquinas dañaron los árboles y el puente peatonal que conecta el nuevo estacionamiento con el Auditorio Guelaguetza es un elefante blanco”, comentó el señor Rodolfo Villa, vecino de la colonia Guelaguetza.
Al igual que las obras de las escaleras, el paso peatonal, mejor conocido como “el puente chueco” y la colocación de la velaria en el auditorio, aún no han sido concluidos.
“Durante la celebración de los Lunes del Cerro dejaron las obras a medias, pusieron en riesgo miles de personas y resulta que todavía no terminan de colocar la velaria”, expuso el ciudadano.
Al realizar un recorrido por la zona, el olor a pestilencia que sale del canal de aguas pluviales de las nuevas escaleras es insoportable, precisamente a la altura de los estanques de agua que se ubican en la zona.
A decir de los colonos en días soleados, el olor se percibe en todas las escaleras ya que las aguas negras de algunas viviendas fueron conectadas al canal que solo estaba contemplado para aguas pluviales.
Aunque estas obras que se llevan a cabo en el Cerro del Fortín, desde la colocación de la velaria hasta la construcción del puente peatonal generan empleos, los vecinos comentaron que los trabajadores provienen de otros estados como Puebla y Jalisco.
“Las empresas que obtuvieran las obras son foráneas, cuando no vienen a comprar los poblanos vienen los de Jalisco”, señaló el encargado de un local que se ubica en la zona.