Manhattan, Nueva York, E.U.- El colombiano Mauricio Jiménez conduce uno de los icónicos taxis amarillos de la ciudad de Nueva York hace siete años. En la marcha aprendió inglés, lo suficiente para conversar con sus clientes del clima, las atracciones turísticas y el costo de pasear por la llama “gran manzana”.
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Pero el experimentado conductor residente en Queens admite que se sintió “aterrado” cuando tomó el examen para obtener la licencia, que hasta el viernes pasado se ofrecía únicamente en inglés, aunque de acuerdo con la Comisión de Taxis y Limusinas (TLC), sólo 4% de los 13,587 conductores de taxis amarillos de Nueva York nacieron en los Estados Unidos.
“Muchos nos sentimos cómodos hablando inglés con los pasajeros, pero todo cambia cuando debes demostrar que dominas el idioma y hacer un examen decisivo para poder trabajar con libertad”, contó Jiménez, de 46 años. “Escribir y hablar correctamente inglés no es una habilidad que se aprende en el día a día, detrás de un volante”, sentenció.
Ese desafío, será sólo una anécdota para los nuevos taxistas. La Ciudad de Nueva York promulgó el viernes pasado la legislación aprobada por el Concejo Municipal, que modificó la sección 19-505 del código administrativo. En síntesis, se le requiere a la TLC no aplicar un examen escrito para determinar la capacidad de hablar y entender inglés de un solicitante.
El concejal Ydanis Rodríguez, presidente del Comité de Transporte, explicó que la medida se tomó para combatir los retos que representan para la industria de los taxis amarillos, compañías como Uber, Lyft y otras 72 empresas de aplicaciones de taxi registradas por la TLC.
Desde el pasado abril, cuando el Concejo Municipal aprobó dos legislaciones para cambiar la normativa, las pruebas para los conductores de taxis amarillos están disponibles en inglés, español, bengalí y urdu, según confirmó Rebecca Harshbarger, portavoz de la TLC. El resto de la industria -que incluye los “black car”, “livery car” y limusinas- tiene acceso a los exámenes en español desde el 20 de diciembre de 2015.
Con la nueva disposición, los aspirantes a conducir un taxi amarillo tendrán la oportunidad de presentar el examen en su idioma, pero si quieren obtener su licencia estarán obligados a hablar y entender inglés. Harshbarger especificó que es un requisito que todos los choferes tomen un curso de inglés, de 24 horas.
La portavoz destacó que la TLC trabaja con la Oficina de Asuntos del Inmigrante (MOIA) del alcalde Bill de Blasio para agregar un fuerte componente de idioma inglés en el curso. Se refirió a que en conjunto “identifican las opciones de un módulo de educación vial, que se centre en el vocabulario y frases más importantes en la prestación de servicio al cliente en inglés”.
Licencia universal de taxista
El concejal Ydanis Rodríguez agregó que la nueva normativa también creó una licencia universal que permite conducir cualquier tipo de taxi. Anteriormente se requería un permiso para cada clase.
“Una licencia universal permite a los conductores de la industria moverse más fácil, extender el servicio de taxi y mejorar su economía”, dijo Rodríguez, quien patrocinó las legislaciones para cambiar las normas de la TLC.
Comentó que por 40 años los 50,000 choferes de las bases de “livery car” y “black car” en el alto Manhattany el sur de El Bronx han demostrado que no es un requisito ser eficiente en el idioma inglés para brindar un servicio de calidad a los clientes.
“La nueva normativa es un alivio para los inmigrantes detrás del volante de los taxis en Nueva York”, sostuvo.
Consciente de que hay dudas, informó que el miércoles se realizará una audiencia informativa, a las 2:00 de la tarde, en Seaman Radio Dispatch, localizado en el 4020 de la avenida 10, en Manhattan.