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EL ALTAR, TRADICIONES QUE NO MUERE


Redactado por: adriana bravo
noviembre 3, 2016 , a las 5:18 am

San Juan Bautista Tuxtepec, Oax.- Los hermanos Aguilar Montaño cada año se une para poner manos a la obra y continuar con la tradición que sus padres y abuelos les heredaron desde que tienen memoria, por lo que se encargan de montar un muy especial altar con el cual conmemoran a sus difuntos.

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Don Hermenegildo, María de Jesús y Faustina Aguilar Montaño, todos mayores de 70 años, recuerdan como desde pequeños se unían a sus padres y abuelos para preparar las ofrendas que colocarán en el altar.

PREPARATIVOS

Desde el pasado 27 de octubre comenzaron a preparar con la elaboración del chocolate, compran las semillas y comienzan a prepararlo, realizando la molienda en el metate y dando forma a las barras, que más tarde ocuparan en la elaboración del mole y la bebida con la cual acompañarán al tradicional pan de muertos.

El 28 de octubre, los hermanos en compañía de sus hijos y nietos comienzan con la preparación del mole y tamales dulces, ya que son los que se colocarán en la ofrenda dedicada a los niños, mismos que esperan lleguen durante la noche del primero de noviembre.

La elaboración de los guisos como el mole son de los que más tiempo requieren es por ellos que comienzan desde varios días antes, debido a que la familia es la encargada de criar a los animales que utilizarán en su preparación.

El 29, 30 y 31, transcurren con la preparación de otros guisos y bebidas, así como los tamales de gran diversidad, desde especias, rancheros, de elote, de frijol entre otros, son algunos de lo que las hermanas se encargan de preparar.

Durante estos días se van realizando también las compras, sin escatimar gastos, ya que para los niños la ofrenda es especial, pues cuenta con una gran variedad de dulces, globos y hasta piñatas.

En la mañana del 2 de noviembre, los alimentos y bebidas se cambian, ya que toca el turno a las almas de los adultos.

Por lo que ponen cada uno de los guisos anteriormente elaborados.

El altar se mantiene una noche más, la del 3 de noviembre, ya que en esa noche se espera la llegada de las animas olvidadas, es decir, de aquellas que sus familiares no colocaron ofrendas y que andan en busca de un lugar que visitar.

El camino al altar lo decoran con veladoras que comienzan desde la calle, hasta el interior de la casa.

Los hermanos Aguilar disfrutan de esta tradición que esperan sus hijos, nietos y bisnietos mantengan, del mismo modo que ellos lo hicieron al seguir el ejemplo de sus padres y abuelos.