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“HAY QUE DEFENDER AL TAPIR Y LA SALUD DEL BOSQUE”


Redactado por: adriana bravo
enero 18, 2017 , a las 5:09 am

Santa Catarina Yetzelalag, Villa ALta, Oax.- Le llaman el jardinero de la montaña porque es un gran dispersor de semillas y, al ser un herbívoro ramoneador, le da mantenimiento al bosque; sin embargo, el tapir se encuentra en peligro de extinción.

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El tapir ya desapareció en cuatro estados del país. Aquí en Oaxaca, en Santa Catarina Yetzelalag, agencia del municipio de Villa Alta, en la Sierra Norte, fue descubierto por los pobladores hace cuatro años y desde entonces la zona donde deambula se convirtió en área prioritaria de conservación; la defensa de la región se refuerza, además, por la presencia de mono araña, puma, hocofaisán, tigrillo, entre otras especies en riesgo de desaparecer y amenazadas.

Una de sus principales causas del riesgo para la especie es la caza. El tapir ha sido víctima de captura y persecución de cazadores por mucho tiempo, esto se incrementa conforme crece la demanda de alimentación de la población; otra consecuencia de estar bajo amenaza de extinción es la fragmentación de su hábitat, el bosque mesófilo, por actividades ganaderas y agrícolas.

“Al ir dividiendo el territorio, vamos fragmentando el hábitat de la especie”, explica Edgar Martínez Agama, represente de la asociación civil Biodiversidad y Desarrollo Social (Biosoc).

Se reduce su hábitat

La distribución histórica de este ungulado incluyó gran parte de las áreas tropicales húmedas del sur y sureste del país. Sin embargo, en la actualidad esta especie solamente está presente en algunas extensas áreas silvestres de los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz, y posiblemente Yucatán y Tabasco, según datos de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp).

EL TAPIR

Pesan entre 200 o 300 kilogramos de peso.

Se alimentan de vegetación acuática, brotes tiernos, frutos, corteza y semillas de diversas plantas.

Juegan un papel importante en la dispersión de semillas de plantas y árboles.

Las hembras llegan a su madurez sexual a los 2 o 3 años y los machos a los 3.

Algunos estudios, advierten que el tapir ya desapareció en Guerrero, Veracruz, Tabasco y Yucatán; actualmente, sus poblaciones se encuentran en Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo y Campeche, afirma el biólogo de la Conanp, José Santiago Velasco.

Santa Catarina Yetzelalag posee 3 mil 300 hectáreas reconocidas y la población está en trámite para que legalmente cuente con la posesión y la carpeta básica. El 50 por ciento de su territorio es bosque mesófilo de montaña, un ecosistema que está también en riesgo por la presión generada por ganadería, principalmente .

Ganadería, la amenaza

En la comunidad hay ganadería en baja proporción, en promedio cada ganadero cuenta con ocho cabezas de ganado y cada uno tiene una superficie para la ganadería de alrededor de dos o tres hectáreas, dice Edgar Martínez.

“El bosque mesófilo es de los más importantes, le llaman las esponjas naturales por lo que dentro de estos sistemas la mayor cantidad del agua se queda ahí y se distribuye a la cuenca. Se encuentra entre la parte alta de los bosques de coníferas y la parte baja de las selvas altas y medianas”.

El representante de Biosoc afirma que uno de los proyectos en la comunidad de conservación, tanto del tapir y las otras especies en peligro de extinción, así como del bosque es vincular el monitoreo biológico que reporta información científica y de especies en riesgo, y la aplicación con la parte productiva y de preservación del medio ambiente.

El bosque mesófilo es de suma importancia, por ser considerado una esponja para la retención de agua y por sus servicios ecosistémicos.

En el aspecto productivo, detalla, es empezar a integrar con los ganaderos sistemas agrosilvopastoriles; es decir, dentro de sus potreros incluir pastos, árboles naturales, maíz y ganado sobre la superficie de potreros que ya existe y que ocupan alrededor del 10 por ciento del territorio.

“Que no sigan avanzando con superficie para potreros, pero lo que tienen convertirlo a estos sistemas que han funcionado.”

Estos esfuerzos de la comunidad empezaron en el año 2012, cuando formaron parte de la organización Unión de Comunidades Zapotecas y Chinantecas.

“Tuvimos la posibilidad de contar con recursos. La primera vez que nos apoyaron fue con una cámara que colamos en el cerro, por ello apareció el tapir e interesó,”, dice Antonio Mendoza Aguilar, quien fungió como presidente del Comisariado de Bienes Comunales, en esa época.

Posteriormente recibieron otro apoyo de 200 mil pesos para la adquisición de cámaras foto trampas, con las que realizan el monitoreo biológico.

Tapir escurridizo

“El orgullo de que nosotros todavía tenemos esos animalitos, porque en otros estados dicen que ya desaparecieron. Es bonito ver el tapir, es divertido. Se esconde porque anteriormente lo cazaban mucho. Está lejos donde anda, como a tres horas caminando de acá”.

El tapir también es considerada un "fósil viviente", sobrevivieron al fin de la última glaciación.

Tomás Cruz fue uno de los primeros a quienes les tocó ir a instalar las cámaras y rastrear las huellas de los animales; las primeras que encontraron, dice, fueron las huellas del tapir, el puma y el faisán. Después le tocó ir a la colindancia con la comunidad de Santa María Lovaní, y aquí por primera vez vieron el mono araña en 2015: “nos pusimos contentos por verlo, porque está en peligro de extinción”.

“Tengo buenos recuerdos de los momentos que fuimos al cerro, son de los que traje la primera información. Estábamos echando taco y llegó una manada de mono araña, estaban en los árboles grandes y se dejaban ver, nos aventaban cosas. La experiencia más linda, en febrero de este año vimos el mono araña”, agrega Venancio Mendoza.

Conservación ambiental, clave

El presidente del Comisariado de Bienes Comunales, Leonelo Cruz Morales, dijo que a partir de la colocación de las cámaras para el monitoreo biológico se dieron cuenta de lo importante que es conservar montañas y recursos naturales; pero además, porque se ha convertido en una forma para que la comunidad cuente con recursos económicos.

Es con estos esfuerzos que se busca preservar al tapir, una especie que realiza las mismas funciones que un jardinero al regular las poblaciones vegetales. El bosque se conforma de sucesiones primarias, secundarias y, si desapareciera, lo que pasaría es que también desaparecería la vegetación.

Recorrido que realizan los pobladores e integrantes del Comisariado de Bienes Comunales para el monitoreo biológico.

Pero también, su importancia radica en que es presa de los felinos como el jaguar. “Si desapareciera, habría un desequilibrio ecológico, porque está dentro de la dieta del felino jaguar, si desapareciera el tapir el jaguar no tendría que comer. Sería bastante terrible para la comunidad que integra la montaña”, explica el biólogo José Santiago.

Además, al igual que otras especies, es un indicador de la calidad de la montaña; es decir, que se encuentra en un estado de salud buena y a la vez es indicador de los servicios ecosistémicos que brinda la montaña a la comunidad.

Especie de Yetzelalag en peligro de extinción

Jaguar

Puma

Mono araña

Cabeza de viejo

Hocoaisán

Tucán

Tigririllo

Amenazas:

Zonas con alta tasa de crecimiento y otra con despoblamiento.

Cambios drásticos en la composición de las comunidades vegetales por uso sostenido de roza, tumba y quema.

Mala planeación y mantenimiento de caminos ha provocado erosión.

Presencia de incendios forestales.

Ganadería extensiva en las selvas altas perennifolias.

Caza deportiva

Incremento de terrenos agrícolas por caída da del precio del café.

Fuente: Conservación y Desarrollo de los Bosques Mesófilos de la Sierra Norte de Oaxaca y desde el cual se auspician las actividades del Grupo Mesófilo, conformado por tres organizaciones no gubernamentales.