Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Como se ha anunciado, dos grandes empresas automotrices –Ford y General Motors- se retirarán de México, como una forma de retirar capital norteamericano de nuestro país ante la llegada de Donald Trump a la presidencia.
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Esto traerá consecuencias económicas y laborales para nuestro país, considerando que se trata de empresas líder y representaban el 45 por ciento del mercado en este sector en el país, y que incluso afecta a nuestro estado.
Según el especialista Sergei Lizama Ruiz, en 2018 Chiapas contaría con la primer planta automotriz en el sureste mexicano, sería una planta de Ford ubicada en la zona económica especial (ZEE) de Puerto Chiapas, que traería hasta 2.8 por ciento de crecimiento económico para la entidad.
“Este proyecto tenía potencial tratándose de la primera en su tipo del sureste mexicano, con un amplio canal de distribución y que generaría cerca de 20 mil empleos en el estado, con un crecimiento potencial y la oportunidad de exportar a centro y Sudamérica”, dijo.
En cambio, al retirarse quien ejerciera dominio por 20 años en la industria automotriz, el poder adquisitivo cae entre un 5 y 10 por ciento, se perderán 26 mil empleos al cerrar ocho plantas en todo el país, impactando en la reducción del 16 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Ahora, quien quiera adquirir un auto de esta marca, deberá hacerlo pagando una tasa de hasta el 35 por ciento de arancel por ser un producto de importación, y el 45 por ciento de mercado que quedará libre, será disputado por otras compañías emergentes, como Mazda, Peugeot o Kia.
Esto representa una oportunidad para la marca que se había posicionado en segundo lugar, Volkswagen, que junto con Nissan y Toyota podrían recuperar su liderazgo.
Sin embargo, se espera que los precios entre otras marcas permanezcan estables, al cambiar los márgenes antes mencionados, al no depender de los volúmenes de producción y precio que anteriormente marcaba Ford.