Pachuca, Hgo.- Poco a poco la gente fue abandonando la comunidad San José Palacios. Ahí habitaban cerca de 200 personas; ahora son entre 40 y 35 habitantes que se aferran a su único patrimonio, a pesar de no tener agua, luz ni un municipio que los respalde, pues desde hace cinco años se convirtieron en un pueblo invisible para las autoridades.
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La comunidad se ubica a 10 kilómetros de Pachuca y está asentada entre Mineral de la Reforma y Epazoyucan, en Hidalgo. Por razones poco claras, en 2012 las autoridades municipales delimitaron sus colindancias y ninguna alcaldía reconoció a la localidad con 80 años de existencia.
No obstante, los pocos habitantes intentan llevar una vida normal. Improvisan frigoríficos con cubetas llenas de agua que entierran en el suelo para conservar por más tiempo los alimentos; el agua es acarreada de La Calera —comunidad vecina— y a través de tres tomas. Intentaron suministrarse de energía eléctrica a través
de plantas de luz y celdas solares, pero por lo desolado del lugar han sido víctimas de robos: se han acostumbrado a las velas y lámparas de pilas recargables.
“Aquí ya lo conocen como ‘el pueblo fantasma’, pues hasta los taxistas se niegan a traernos. Cobran de 70 a 80 pesos desde Pachuquilla. A veces tenemos que caminar, nada más que es muy peligroso, pues luego asaltan”, señaló Luis Rodríguez, delegado de la comunidad.
De acuerdo con el representante, de las 57 casas construidas en San José Palacios, sólo diez están habitadas. El resto se encuentra en el abandono y esporádicamente son visitadas por los dueños, quienes migraron a Pachuca, Mineral de la Reforma y Epazoyucan debido a la falta de servicios.
“Desde hace más de una década hemos buscado que los gobiernos que llegan (principalmente de Epazoyucan, pues en principio los reconocía) nos acerquen los servicios básicos, pero ninguna autoridad se ha atrevido a ayudarnos, pues nos argumentan que sale muy caro meter la luz y el agua”, agregó.
San José Palacios perteneció a la hacienda Chavarría. Ahí, muchos trabajadores heredaron las parcelas del ejido y se dedicaron a la siembra de maíz y cuidado de animales de granja.
Dolores García, vecino que lleva más de 30 años en San José Palacios, señaló que para ahuyentar a los ladrones —por la nula la vigilancia policiaca— cuenta con un grupo de perros. Él se dedica a la crianza de animales como borregos, cabras, gallinas, guajolotes y hasta caballos, además de siembrar maíz.
Magali Villanueva López, pobladora de la comunidad, reveló que en San José Palacios hay tres tomas domiciliarias de agua potable —registradas en Epazoyucan— traídas con mangueras de plástico, las cuales compartían entre algunos habitantes, aunque les cortaron el servicio por falta de pago.
“A principios de este 2017 nos llegó un recibo de la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim) con un adeudo de más de 47 mil pesos, cuando antes no se pagaba ni mil pesos. Si ven como estamos, de dónde sacamos el dineral”, agregó.
Luis argumentó que el incremento de la cuota se debe a que se negaron a pagar una “extorsión” al trabajador de la Caasim, encargado de hacer las mediciones de los medidores.
Otra toma de agua que se fue a corte, en noviembre de 2016, suministraba el servicio a la escuela Juan de la Barrera, administrada por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), pues el recibo llegó de 7 mil 798.10 pesos.
En esa escuela estudia Kevin Villanueva López, alumno de quinto grado que en julio de 2016 ganó el primer lugar estatal del XXXIX Concurso Nacional de Pintura Infantil El Niño y la Mar, organizado por la Secretaría de la Marina y Armada de México.
De acuerdo con el regidor de Mineral de la Reforma Víctor Olid Trejo Vivianco, en la erección del municipio, en 1920, se estableció que los límites con Epazoyucan llegarían hasta las haciendas.
Por ello, San José Palacios pertenecía a la hacienda de Chavarría, situada en Epazoyucan, sólo que del lado de Mineral de la Reforma. Por ello, durante muchos años, los pobladores se dirigían con la alcaldía a Epazoyocan
para los servicios.
Se prevé que en próximos meses las autoridades de Mineral de la Reforma inicien los procedimientos jurídicos para adoptar a la comunidad como nuevos vecinos.