Por CARLOS MOTA
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De todas las conversaciones que tuve durante la Convención Bancaria, esta vez podría decir que me quedo con el lado humano de los banqueros. Es quizás inusual abordar ese atributo de ellos, porque sus temas suelen ser la regulación prudencial; los requerimientos de capital; o su afán porque el crédito se expanda.Pero en esta Convención se percibieron otros acentos. Ahora hay un nutrido grupo de empresas nuevas, ‘fintech’, que, usando tecnología, representa un cambio y un complemento a los bancos. Asimismo, hay una auténtica preocupación de los banqueros por conectarse de forma personalizada a los clientes; y de que la tecnología facilite la vida de la gente. A su vez, la autoridad vigila, sí, pero está en un modo más facilitador que nunca.
Por eso de esta Convención yo me quedo con el ánimo de Carlos Hank González, de Banorte, y su muy firme convicción de que su banco sea percibido como el mejor para los mexicanos; con Eduardo Osuna, y su auténtico anhelo de que la tecnología en la que invierte Bancomer le sirva a la gente; con Ernesto Torres Cantú, y su optimismo sobre la economía y las instituciones bancarias; con Nuno Matos, y su honesto diagnóstico acerca del crecimiento del crédito para este año…
Todos los banqueros quieren acercarse más al cliente, y todos trabajan en personalizar más los servicios y atenderles mejor. Ese deseo es verdadero. No obstante, saben que tienen un reto de credibilidad, porque mucha gente no ha valorado el papel que juega la estabilidad macroeconómica y financiera en su vida. Por tanto, el rol del banquero se ha vilipendiado, y la sociedad da por descontado que los servicios financieros son un hecho, sin reconocer las grandes inversiones y esfuerzos para dispersarlos en todo el país.
Entre algunos banqueros se decía el viernes que la mesa está puesta para que AMLO sea presidente en 2018, y que no debemos descartar que, de repente, algún grupo financiero manifieste su apoyo al líder de Morena, bajo el razonamiento de que es mejor alinearse con quien será presidente, sobre todo para defender los intereses de los accionistas del banco. Yo creo que ese es un escenario que no debemos descartar, aunque, como diría un convencionista, si eso ocurre, ya no habrá nada que hacer al respecto en la próxima Convención.
Que los banqueros quieran ser más cercanos a la gente es una buena noticia. Si miran a los ojos a sus clientes, creo, les podrán convencer más fácilmente de seguir tomando créditos o depositando su dinero con confianza. Sin embargo, si no lo hacen pronto, se incrementará el riesgo de que sean percibidos como cómplices del sistema. Y ojo: hay un populista cuya meta principal es tirar completamente al sistema.