Oaxaca, Oax.- A pesar del ríspido debate entre priistas e integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por el tema de la reelección y la ley electoral, ni Donovan Rito Salinas, Hilda Pérez Luis, Manuel León Sánchez o Jesús Romero López se llevaron la tarde en el Congreso estatal. Ese honor correspondió a un legislador panista que permaneció todo el tiempo callado, sumido en su curul y que únicamente habló minutos antes de iniciar la sesión del tercer periodo extraordinario: Fernando Huerta Cerecedo.
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Es más, ninguno de los diputados rijosos tuvo más apoyo que él. El mismo presidente de la Mesa Directiva, Samuel Gurrión Matías, apenas notó que los representantes de los medios de comunicación entrevistaban al panista, bajó de la mesa del presidium, se acercó a la curul de su homólogo y, a sus espaldas, le mostró su apoyo y solidaridad. Aunque la coordinadora priísta, María de las Nieves García Fernández, le miraba con reproche por su actitud.
Ante los representantes de los medios de comunicación que se arremolinaron en torno a su persona, el diputado panista taciturno, con voz apagada, intentó explicar la orden que dio hace tres días a su guarura, aunque él prefiere denominarlo chófer, de disparar a las personas que en San Lucas Ojitlán lo agredían por creer que apoyaba al presidente municipal Porfirio Córdova Ortíz, quien enfrenta la oposición de un grupo de ciudadanos: “En el video nunca se ve un arma, fue para defenderme de la turba que intentaba lincharme”.
En plena sala de sesiones del Congreso, aseveró una y otra vez que no es una persona violenta, ni agresiva. “Lo hice sólo para defender mi vida, porque antes de legislador soy una persona”.
Acompañado de Gurrión Matías y el coordinador de la fracción parlamentaria de acción nacional, Juan Mendoza Reyes, sostuvo que realizó la amenaza para calmar a la gente que lo agredía.
En su apoyo, el diputado priista señaló que los medios de comunicación deben ser responsables al acusar a una persona.