Tuxtla Gutiérrez, Chis.- En enero de este año nació el primer hijo de la cantante Anahí y el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. En redes sociales, ambos celebraron haber tenido un niño sano. La diferencia con miles de chiapanecos que se convierten en padres es que ellos pudieron decidir en dónde querían que naciera su hijo: el hospital privado San Lucas, en la capital Tuxtla Gutiérrez.
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Ahí los pacientes pueden elegir una de las 17 habitaciones privadas de este centro de salud, deciden si quieren una habitación sencilla con una sola cama y un sofá, o la “habitación presidencial”, que además cuenta con un espacio contiguo equipado con sala de estar para las visitas.
Del lado contrario, miles de chiapanecas tienen que parir en hospitales saturados, en donde abundan las denuncias tanto de pacientes como del personal sobre la falta de medicamentos, médicos o instalaciones adecuadas; mujeres que no cuentan con la posibilidad de decidir cómo tener a su hijo. Mantener privacidad durante el parto o guardar reposo, sólo en sueños.
“Si entra una paciente pues ya la paciente sale así de inmediato y entraría otra paciente y otra paciente para que se haga el trabajo de parto”, relata un estudiante de medicina que realiza prácticas en el Hospital de la Mujer de San Cristóbal de las Casas, en donde nacen la mayoría de los hijos de las mujeres indígenas de los Altos de Chiapas que no pudieron parir en casa.
Según Hilda Argüello, secretaria técnica del Observatorio de Mortalidad Materna en México, que las mujeres en Chiapas no puedan elegir cómo tener a sus hijos está estrechamente relacionado con la ausencia de una infraestructura médica accesible para las mujeres y sus familias, una que permita que cualquier emergencia obstétrica sea atendida con oportunidad y por lo tanto, salve vidas.
“Estas localidades (de Chiapas) cuentan con muy poca infraestructura para la atención en salud y en general para otro tipo de servicios que pudieran facilitar la sobrevivencia como son los caminos y el transporte. Cuando se presenta una complicación de estas características, como la hemorragia obstétrica, se requiere que la mujer y su familia se les refiera rápidamente y esto todavía se ve más complicado cuando sucede en la noche y en la madrugada”, señaló en entrevista.
Según el Secretario de Salud del estado, Francisco Ortega, se ha implementado una política de entrega de vales a todas las mujeres embarazadas para que ellas cuenten con recursos para pagar una ambulancia en caso de tener una emergencia obstétrica. Sin embargo, ninguna de las organizaciones o mujeres consultadas sabía de la existencia de este programa.
El funcionario también señaló que en los últimos años se han abierto ocho nuevas casas maternas, centros especializados en la atención del embarazo y el parto, principalmente en la zona de los Altos de Chiapas, enfocadas en atender con oportunidad a las mujeres; pero reconoció también que el 70% de las muertes maternas que se han registrado en el estado en lo que va del año han ocurrido en unidades médicas.
“Son pacientes que llegan en estado crítico, y que a pesar de que se ha dado la atención según las guías de atención, desafortunadamente mueren, a veces porque llegan muy tardíamente por la dispersión, por la manipulación o porque no llegan a sus consultas prenatales, no le dan un seguimiento a su embarazo, por eso hemos fortalecido las casas maternas, las capacitaciones a las parteras empíricas y al segundo nivel de atención”, dijo en entrevista.
En México los hospitales públicos se dividen en tres niveles de atención. Los hospitales de primer nivel son aquellos de servicios de salud básicos, donde se atienden la mayoría de las enfermedades frecuentes y se aplican medidas de prevención; en los hospitales de segundo nivel se atiende a pacientes que requieren diagnósticos más específicos, como radiografías, análisis de laboratorio, entre otros. Además de ello, cuentan con la posibilidad de internar a un paciente o realizar procedimientos quirúrgicos, en caso de ser necesario; por último, los hospitales de tercer nivel son aquellos de alta especialidad. En estos hospitales se atienden enfermedades de baja prevalencia, alto riesgo, y enfermedades más complejas. Al ser los hospitales más especializados, son también los menos numerosos.
En Chiapas, una mujer debe recorrer entre 1.5 y 88.5 kilómetros para llegar al hospital de segundo nivel más cercano, es decir, a un hospital equipado para atender complicaciones en partos. Para llegar a uno de los dos hospitales de tercer nivel en la entidad, los únicos equipados para atender las complicaciones más serias, una mujer chiapaneca tiene que recorrer, en promedio, 283 kilómetros, es decir, un recorrido de aproximadamente cuatro horas y media.