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VELA PASIÓN GOOLA, EL AMOR DE UNA TRADICIÓN


Redactado por: adriana bravo
mayo 5, 2016 , a las 1:04 am

Unión Hidalgo, Oax.- La vela Pasión Goola que en castellano significa cruz grande, es una de las festividades culturales y tradicionales más importantes de Unión Hidalgo por su celebración hace más de un siglo.

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La celebración la encabezan católicos zapotecas, quienes conmemoran y consagran mediante una velada nocturna con fiesta, música, comida y bebidas un acto de fe hacia una imagen religiosa.

En el lugar, el día de la Santa Cruz (3 de mayo) es venerado principalmente por habitantes que viven en la parte sur, en sus inicios, identificó a las personas humildes como pescadores y campesinos.

Es una fiesta pagana en la que se conjugan la música, baile y gastronomía; el primer paso es la “Labrada de cera”, en la que los socios y la comitiva responsable de la vela, acuden a casa del mayordomo, quien será el responsable de encabezar el festejo que se celebra en el mes de mayo.

La Vela Pasión Goola, reúne más de cincuenta socios y socias, una de ellas es Lucila Manzo Ruiz, que este año funge como mayordoma en compañía de sus hijos Marvi, Alberto y Jesús Sánchez Manzo.

Con la fundación de Unión Hidalgo a finales del siglo XIX, también comenzó la política y se crearon dos grupos: Los Rojos y Verdes, quienes posteriormente se han ido involucrando en toda la actividad de fe en la localidad.

La Vela Pasión Goola, junto con San Isidro Labrador, son consideradas las fundadoras de la localidad, la primera se caracterizó por representar a los pobres, pescadores y campesinos, la segunda por ciudadanos con estabilidad económica.

Son cuatro días de fiesta que los socios, principalmente la Mesa Directiva conformada por una gusanaa y diputada goola, junto con el diputado de la vela realizan desde la Regada de Frutas, Baile de Gala, Misa en Honor a la Santa Cruz y Lavada de Ollas.

Para la celebración de las fiestas nocturnas, las mujeres visten sus trajes de bordados (enaguas y huipiles) elaborados a mano, máquina, tejido o cadenillas y el caballero su guayabera blanca y pantalón oscuro.

La mayordomía

Se abre el telón y el baile de gala que se realiza a finales del mes de abril comienza al son de la trompeta y saxofón de Roy Luis, la agrupación musical preferida de los socios y que interpreta el son regional dedicado a Pasión Goola.

Las mujeres de inmediato abandonan sus asientos y comienzan a danzar al vaivén de la música y luciendo su traje regional “enagua y huipil” y sin falta la compañía de su pareja, quien viste guayabera blanca y pantalón negro.

En los pasillos de la pista se disfruta escuchar las pláticas en zapoteco y castellano, se reencuentran amistades y comparten sus alimentos y bebidas.

Lucila que representó a la mayordomía en este año relató que asiste a la Vela Pasión Goola desde que estaba en el vientre de su madre Esther.

“Mi madre me contaba que junto con mi padre eran socios de esta vela, creían fielmente en la Santa Cruz y por herencia de sus padres adoptaron esta tradición y ahora también lo comparto con mis hijos, no se trata de ninguna promesa, es por gusto familiar”, expresó.

Lucila vive a escasas dos cuadras de la capilla de Pasión Goola que anteriormente la misa la realizaban en el mar, en donde también hay una imagen religiosa que los pescadores de la localidad adoptaron como símbolo de fe.

“La capilla y la pista de baile que actualmente conocemos se construyó hace unos 30 años y mi padre Marcos fue el primero que confeccionó un telón que es una capa grande y de color blanco que cubre toda la pista de baile para darle mayor realce y elegancia”, añadió.

Ser mayordoma para Lucila ha sido uno de sus sueños de niña, adolescente y que gracias a su fuerza de voluntad ha cumplido.

“Más que derroche de dinero es bendición de la vida, porque para ser mayordomo invertimos unos 300 mil pesos, se requiere de muchas cosas, pero sabemos que cuando uno lo hace con cariño y amor todo es posible”,

La mayordoma confesó que desde el año pasado, cuando tomó la manda comenzó a comprar todo lo básico para cumplir con su compromiso religioso.

“Fue un año de inversión, pinté las paredes de mi casa, compré dos ganados para la comida, busqué la música, mandé a confeccionar mis trajes regionales, pagué de las bebidas (embriagantes y gaseosas), se elaboraron los panes, en fin se requiere de mucho recurso, pero me siento contenta de haber cumplido con todo, estoy feliz”, relató.

A esta celebración también participan capitanas, capitán, reinas y todo un séquito de personas, quienes cumplen una manda por salud y bienestar, sin olvidar a las madrinas de calenda y mañanitas, todos los que participan cumplen en llevar a sus invitados y les ofrecen comida y bebida gratis.

El requisito para participar a las velas es que las mujeres aportan una cooperación que los zapotecas llaman “limosna” y los hombres un cartón de cerveza.

Año con año se eligen nuevos mayordomos, reinas, capitanas y capitán, cada organización realiza las actividades conforme puede económicamente y cumple con el único aporte cultural de conservar viva las tradiciones.