Parque Nacional Lagunas de Chacagua, Laguna Zapotalito, Oax.- La olas del Oceáno Pacífico revientan una y otra vez contra el muro de arena en el límite de la laguna.
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Por más fuerza que lleven las olas, la barrera de arenanisca es infranqueable y las aguas del mar y la laguna no se juntan. En consecuencia, el agua retenida del lago ha modificado su temperatura, salinidad y oxígeno, lo que afecta a especies marinas y plantas, entre ellas los manglares.
La pesca, actividad de la que vivían más de 4 mil pescadores de la zona. ha disminuido gravemente; el turismo, una labor que permitía ingresos a los habitantes del lugar, desapareció; diversas especies de aves migratorias ya no llegan a la laguna; y los manglares, tan necesario para el equilibrio ecológico del lugar, mueren por falta de oxigeno.
Aquí el paraíso se ha perdido y, como siempre, la actividad humana tienen un papel fundamental en el ecocidio, porque la bocabarra se abría y cerraba de manera natural hasta que, en el 2002 la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) decidió construir dos escolleras, supuestamente para garantizar la apertura permanente de la bocabarra y lo único que hizo fue propiciar su cierre completo. Hoy, un montículo de arena de unos 150 metros de largo, separa las aguas salinas y dulces, ante la impotencia de pescadores y prestadores de servicios turísticos que no tiene otra opción más que emigrar.
EL PROYECTO DE CONAPESCA
El presidente del comité de seguimiento de construcción de escolleras y dragado, Felipe Quiroz Velasco, aseverá que la construcción de las escolleras generó el problema. “No funcionó la instalación de las escolleras, nos pasaron a fregar la pesca y el turismo, porque los lugares donde se instalaron no son los adecuados, en lugar de no permitir el azolve de la bahía la azolvó más rápido, separó completamente la laguna del mar”.
Frente a decenas de lanchas vacías que se mecen en las tranquilas aguas de la laguna, de color ámbar oscuro, afirma que la obra de Conapesca convirtió la bahía en un desierto. “Nosotros solicitamos que se ampliará la entrada de la laguna y el mar porque se estaba cerrando, entonces Conapesca hizo supuestamente un estudio y decidió construir dos escolleras”.
-¿De cuánto fue la inversión?
-Exactamente no recuerdo, pero entre 200 y 300 millones de pesos. Fue una inversión grande, pero no dio el resultado que se esperaba. Al año que se levantaron las escolleras, se cerró el paso de agua del mar. Desde esa fecha hasta hoy, está separada la laguna del mar.
Agrega que esto ocasiona que el agua de la laguna no se oxigene, por lo que las especies y plantas van muriendo; el agua se torna turbia y apestosa; el turismo ya no viene porque no puede ni nadar.
-¿Que especies pescan?
-Especies que no tienen mercado, como: popoyote y zacaliche, que son para autoconsumo.
-¿Y antes qué pescaban?
-Robalo, pargo, mojarra, jaiba, camarón, este último que si no ha desaparecido si redujo significativamente su producción.
Aguas sucias empujan a la migración
El agente de policía de Zapotalito, Abel Víctor García, señala que a la par de la caída de la producción pesquera en la laguna, el turismo también se fue porque el agua se tornó muy turbia, adquirió un mal olor y la presencia de cocodrilos aumentó de manera importante.
“De hecho, las dos actividades productivas que teníamos se han perdido, la pesca y el turismo, entonces los jóvenes se ven en la necesidad de emigrar, de buscar fuera de la comunidad la manera de subsistir”.
-¿Cuántas familias viven de la pesca en la laguna?
-Directamente, entre 4 o 5 mil familias, porque aquí pescaban los habitantes de Cerro Hermoso, Zapotalito, Pastoria, El Corral, Lagartero, buena parte de Río Grande, Santa Rosa, entre otras comunidades.
Subraya que la laguna forma parte del parte nacional, entonces no pueden extraer árboles o cultivar otros productos. “Al parecer nadie tiene conciencia de que los manglares de todas esta zona forman una barrera natural contra los huracanes, que impiden que avancen tierra adentro; si los manglares se mueren el embate de los huracanes será allá arriba de manera directa y eso llevaría mayores lluvias y viento a los valles, entonces esto va más allá de la subsistencia de quienes vivimos aquí o de la ausencia de turismo, si no hacemos algo por preservar este ecosistema, mañana sufriremos las consecuencias todos”.
LA NUEVA OBRA
Quiroz Velasco informa que en el 2006 se inició con la gestión para que se corrigiera la obra de las escolleras y el 2015 iniciaron los nuevos trabajos, dos escolleras, una prolongación de la que habían hecho y hacer una nueva; así como el dragado del canal.
-¿Con que inversión?
-Entre 300 y 400 millones de pesos.
Comenta que a principios de 2016 las empresas constructoras paralizan las obras con el argumento de que Conapesca ya no les había pagando e intentaron retirar la maquinaria del lugar. “Nosotros impedimos que se llevaran las máquinas, porque Conapesca no les paga”.
-¿Qué empresas eran?
-Dragados Pacal y, la otra, Edificaciones del Sureste.
-¿Hasta qué porcentaje se avanzó con los trabajos?
-Dragados dice que lleva un 80 por ciento, lo que no es cierto, porque cuando mucho llevan el 60 por ciento; Edificaciones dice que lleva 60 por ciento de colocación de escolleras, pero también es mentira, de 290 metro lineales que tiene que construir apenas construyó 60, tiene un poco de bloques ya fabricados pero no equivale al avance que reportan.
Manifiesta que estas obras complicaron más la situación, “porque a partir de que prolongan más la escollera oeste la arena se anega y se cierra la bocabarra; antes nosotros podías con pala y camiones sacar un poco de arena y abrir un canal para que el mar entrara a la laguna, pero ahora eso es imposible. La barrera de arena tiene más de tres metros sobre el nivel del mar y su ancho alcanza ya casi los 150 metros
-¿Y qué queda por hacer?
-Bueno, pues nada más que emigrar. Poco a poco la gente se está llenado, pues ya no queda nada que hacer aquí. El sueño es que nuestros hijos vieran y vivieran de la laguna, pero eso ahora es solo un recuerdo.