Puebla, Pue.- Luce convencido de que Morena, el más joven de los partidos creados en México, ganará las elecciones de 2018 en Puebla, reitera que le gustaría ser ese ganador aunque cede y se dice dispuesto a apoyar a aquella persona que sea la elegida.
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En una charla con El Popular, diario imparcial de Puebla, Rodrigo Abdala Dartigues no se ve como candidato a otro puesto que no sea la gubernatura y deja claro que son los medios los que dan importancia sólo a uno de los cargos que estarán en juego.
Gente como Fernando Manzanilla Prieto, Luis Miguel Barbosa Huerta y Alejandro Armenta Mier están en el partido que tiene como dirigente nacional a Andrés Manuel López Obrador sólo para colaborar a que Morenatenga una estructura mayor. “Lo demás por el momento no nos preocupa ni nos importa (…) no podemos destinarle tiempo a lo que no es importante, como cuestiones personales”
—Siempre he dicho que me encantaría ser el candidato al gobierno del estado de Puebla por Morena; sería la persona más honrada en tener esa distinción, pero tampoco estoy obcecado, no es una necedad. Si hubiera alguien que pudiera tener un mejor proyecto o mayor simpatía con las bases, adelante, yo estaré apoyándolo con toda la fuerza con la que me he desempeñado durante mi estancia en Morena. ¿Cómo voy a trabajar? Siempre lo he hecho bajo un mismo método: trabajo de campo, de creación de estructura. Mi principal carta de presentación son mi honestidad y mi probidad; y le pongo un reto a cualquiera de los partidos que me quiera retar en eso y si quieren debatir intelectualmente con mucho gusto los arrastro.
—Bueno, eso es otra cosa. Es un tema de qué estaría eligiendo la base de mi partido; por supuesto que me encantaría contender para la gubernatura del estado, pero todo está con base en lo que la gente del partido decida y si hay otro nombre, a todo dar, yo me sumo.
—Lo que pasa es que existe una gran dosis de lo que aportan los medios para fijarse en la parte más grande, que es el estado y con ello en todos los actores que pudieran estar en el juego. Hay 35 aspirantes. Cada uno tendrá su aspiración de ser gobernador del estado y es legítima.
—Yo te estoy diciendo que la mayoría quiere la gubernatura y sí debe haberlos, pero no está en mí decirlo. Si toda la opinión pública se centra en el gobierno del estado, ahí va a quedar y quienes en algún momento tengan ganas de ser diputados locales, ya tendrán que levantar la mano para eso o para diputados federales, o el Senado, o a la Presidencia Municipal.
—Seguramente algunos estarán esperando a ver cómo se mueven las fichas para tomar decisiones. Eso es posible.
—Muy bien, más fuerte que nunca. Estos nuevos actores han causado muchos malos entendidos; en realidad lo que vienen a hacer es apoyar el complemento de la estructura que hemos construido en casi tres años como partido, entendiendo que no vienen por candidaturas.
Es lo que queremos cambiar: el viejo método de hacer política, de “entro con mis canicas a cambio de algo” y lo vamos a lograr. El partido está muy fuerte, ha ido creciendo a ritmos agigantados porque obtuvimos el registro en agosto de 2014, entendiendo que las elecciones más importantes en la historia de nuestro partido iban a llegar tres o cuatro años después.
La encomienda siempre fue trabajar muy duro sabiendo que íbamos a remar contra corriente porque íbamos a construir una estructura casi de cero.
En las dos elecciones presidenciales anteriores con la coalición de PRD, PT y Movimiento Ciudadano, aportaban una gran estructura sumado a lo que Morena como Asociación Civil hacía; pero ahora se decidió construir un partido en el escenario que nos tocaba jugar: competir contra los más grandes, en muy poco tiempo, sabiendo que les podíamos y que les podemos ganar. Era empezar muy rápido a construir, entendiendo cómo es el sistema electoral mexicano y cómo son las elecciones.
Los partidos que se encuentran en el poder o ya han estado en el poder compran votos, coaccionan, amenazan. Eso no le va a pasar a Morena.
—Esa fue la condición con la que entraron. Ellos fueron los primeros que hicieron alusión al decir: “yo no vengo a cambio de una candidatura”, así que nosotros nos limitamos a hacer realidad ese complemento que ellos aportarían para tener una estructura mayor de la que ya tenemos. Lo demás, por el momento, no nos preocupa ni nos importa.
—Si hay alguien que opte por esa decisión, está en la mayor libertad de hacerlo. No tenemos por qué detenerlo, pero eso que acabas de mencionar; nosotros no podemos destinarle tiempo a lo que no es importante, como cuestiones personales. No podemos perder tiempo y no seguir construyendo esta estructura, todo mundo tendría que estarla construyendo…
—He tenido con ellos un par de reuniones de trabajo de ámbitos de acción. Todos saben a dónde va cada uno, entendiendo que en esas zonas es donde existe mayor vulnerabilidad porque existen condiciones socio-económicas desfavorables para todos y por ende, régimen y partidos se aprovechan para coaccionar, engañar, mentir, traicionar.
La idea es que en estos lugares se fortalezca el trabajo de concientización sobre la importancia de la participación libre, la libertad radica en que cuando tú llegues a la mampara con tu boleta puedas tomar una decisión con bases suficientes; si esa decisión viene a partir de que te dieron una despensa o un billete o te limitaron el apoyo de un programa federal o te dan una tarjeta rosa, es una decisión inducida y no hay libertad en ello.
—No. Los comités municipales no han tenido seguimiento, por eso se optó por reducir el ámbito de acción a su mínima expresión electoral, que es la de sección, y estamos construyendo comités por cada sección electoralentendiendo que por lo menos hay una casilla por cada sección. Tenemos 2665 secciones y requerimos de cada una de las ocho personas incluidas en cada uno de ellos.
— Nada más imagínate… si esto no tuviera una intención, no sería así.
—Estaríamos a punto de ver un programa de gobierno construido por distintos actores, con toda la pluralidad posible para que sea un proyecto y sepamos qué es lo que se va a hacer, cómo se va a hacer, y que todos hagamos nuestro el ejercicio del poder público. Todos, porque es público, aunque se haya hecho pensar que sólo es de quienes tienen acceso a Casa Puebla o a Palacio Municipal. No, no. Esto hay que cambiarlo, eso es una porquería.
—No me importaría si fuera espiado. Sí he sido intimidado, pero ni siquiera lo quiero decir. A mí no me dan miedo, ¿qué me pueden decir?, ¿que hablo de trabajo con la gente, que hablo con mi esposa, con mis amigos? Que me digan lo que sea, que me saquen todas las llamadas que se les ocurran. De mí no tienen ni una sola prueba porque no he hecho ninguna cosa mala.