Oaxaca, Oax.- El bochorno que muchos deambulantes sentirán por la época de la canícula, serán sólo afectaciones mínimas en comparación de los daños que resentirán los campesinos, quienes estarán expuestos bajo el incesante sol en sus labores de siembra o las actividades ganaderas, como el pastoreo de chivos, y otros semovientes que enferman ante el incremento de la temperatura.“Déjeme poner mi burrito aquí pa’ que coma”, dice Joel Pacheco Aquino, habitante de San Bartolo Coyotepec. El animal de carga inmediatamente comenzó a comer la hierba alta, una de sus patas se lastimó hace unos días y las moscas acechan su extremidad.
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“Las moscas abundan cuando hace calor y los animales tardan en curarse o reponerse de sus heridas”, comentó el campesino sobre su animal, al cual baña con creolina para repeler a los insectos.
“No llueve, la tierra queda árida y se pierde la cosecha, porque si la canícula agarra a la mazorca tiernita ya no se repone y se marchita”, comentó Pacheco Aquino, quien también afirmó: “los que somos campesinos y nos dedicamos al cultivo tenemos en cuenta las fechas para sembrar y trabajar las tierras, para que los cultivos no sean afectados por fenómenos naturales”.
Los agricultores tuvieron que adaptarse al cambio climatológico que trajo consigo el desfase del sistema de las cuatro estaciones, las cuales ya no tienen fechas fijas en el calendario e incluso se presentan situaciones atípicas.
“Ya no es lo mismo, antes las cuatro estaciones eran como se anunciaban…Ahora en el tiempo de calor hace frío y cuando debe helar hay mucho sol”, comentó el campesino, quien afirmó que es más difícil calcular las fechas para sembrar.
También hay trabajadores del campo que a pesar de los contratiempos, realizan con disciplina y fiel costumbre su oficio.
“No siento frío ni calor, a veces sólo me duele la rodilla por mi edad, tengo 75 años y desde siempre he sembrado”, comentó Vicente García Juárez, quien es habitante de la colonia Vicente Guerrero del municipio de San Bartolo Coyotepec.
“Toda la vida he laborado en el campo y sí se siente el calor, pero yo estoy acostumbrado a este trabajo, cuando era más joven fui ayudante de albañil, pero ya no aguanto sostener los botes de revoltura o los bultos de cemento”, mencionó el hombre sobre su oficio, el cual realiza sin quejas y con algunos achaques por la edad.
Otro campesino de 63 años oriundo de Zaachila, quien evitó identificarse, mencionó que ahora la canícula es variable y que tiende a ser más seca, situación que marchita a las mazorcas que a penas están jiloteando (cuando están más tiernas y recién brotaron de la vaina).
“Los calores son muy fuertes, sobrepasan los 30 grados y las milpas se secan, la lluvia llega hasta finales de agosto, o incluso hasta septiembre; la cosecha ya se perdió y lo único que se podría hacer es esperar a que se endurezca la milpa para usarla de pastura o para forrar la nueva siembra”, comentó el agricultor encima de su carreta halada por su yegua, quien acalorado apresuró la entrevista.
“La Comisión Nacional del Agua dice esto y lo otro, no sabe que nosotros los mayores tenemos más experiencia y sabemos cómo varía el tiempo de lluvias y sol, como en estos días, que aún es muy bueno sembrar porque va a llover”, concluyó el campesino, quien no dejó dudas sobre la experiencia que poseen los hombres que labran la tierra, pues a los pocos minutos comenzó la lluvia.
Calor intenso
La temperatura puede rebasar los 35 grados, un incremento de calor de hasta el 50 por ciento, el cual genera problemas de deshidratación, enfermedades gastrointestinales, “golpes de calor” y enfermedades de la piel con riesgo de cáncer, las cuales repercutirán en la población a finales de julio, fecha que la Conagua determinó para el comienzo de la canícula.
La recomendación de la dependencia federal es para que la ciudadanía no se exponga por espacio prolongado a los rayos del sol, particularmente los menores de edad y los adultos mayores.
También deben mantenerse hidratados, pero los trabajadores del campo y del ganado permanecen cuatro o más horas expuestos por los rayos solares.
Campesinos mayores a los 60 años que tienen que asear el corral de los chivos o los pollos, que trabajan la tierra quitando la hierba y marcando los surcos donde crecerán sus productos, o que tienen que pasear a sus animales para que pasten.
Muchos portan camisas y el sombrero es indispensable, pero la mayoría de ellos siembra la alfalfa, el frijol y el maíz que pueden, ya que afirmaron que estas lluvias serán las últimas antes de que entre la ola de calor, la cual comenzará aproximadamente en un mes, aunque los habitantes de San Bartolo Coyotepec y Zaachila ya previenen esta situación labrando lo más que puedan su patrimonio.