Oaxaca, Oax.- Con más de 3 mil hectáreas de bosques destinadas voluntariamente a la conservación de la biodiversidad, el municipio de San Pablo Etla es ejemplo del trabajo comunitario para la preservación de las especies de Oaxaca.
En este ‘pulmón’ de los Valles Centrales se ubica el Centro de Conservación y Educación Ecológica “La Mesita” y está a cargo del Comisariado de Bienes Comunales de San Pablo Etla, el cual fue creado con la finalidad de preservar especies endémicas y a su vez difundir y educar a niños, jóvenes y adultos sobre la importancia de cuidar el patrimonio natural.
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Las montañas que van de los mil 500 a los 3 mil 300 metros de altura resguardan un tesoro invaluable, donde se tienen registradas más de 600 especies de plantas, 18 especies de anfibios, de los cuales 10 son endémicas en México y tres de Oaxaca.
Además, en este recinto habitan 39 especies de reptiles, 11 son endémicas en México y dos de Oaxaca; 231 especies de aves, y de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM) 28 se encuentran en alguna categoría de riesgo, ocho amenazadas, 17 consideradas bajo protección especial, y dos más en peligro de extinción.
Del 32 por ciento de los mamíferos presentes en Oaxaca, al menos 63 especies tiene su hogar en estas montañas.
Este paraíso natural cumple con una función primordial en la captura de carbono, siendo el aire que respiramos los habitantes de la Ciudad de Oaxaca y del Valle de Etla, principalmente.
Asimismo, en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) los pobladores llevan a cabo un proyecto de monitoreo biológico enfocado a felinos, que ha permitido darle seguimiento al menos a tres camadas de pumas, comprobando el estado de salud de las poblaciones tanto de felinos como de sus presas, principalmente el pecarí de collar y venados cola blanca y colorados, entre otras especies.
San Pablo Etla cuenta con un comité de vigilancia que trata de reducir los ilícitos ambientales, como la cacería y el aprovechamiento de los recursos naturales sin permiso de la comunidad.
Como parte de este proyecto, el centro ecoturístico “La Mesita” abrió sus puertas al público hace siete años para dar a conocer las diferentes técnicas en la conservación de suelos y manejo de agua, además de ser una actividad para reactivar la economía del lugar.
El sitio cuenta con un vivero de plantas nativas y medicinales, así como diferentes tecnologías alternativas en la generación de energía y saneamiento.
Ofrece también talleres de educación ambiental dirigidos a alumnos de los diferentes niveles educativos.
Además, brindan recorridos guiados por los senderos donde se pueden apreciar paisajes espectaculares, como el de la “Peña Boluda” o “Peña de San Felipe”.
Entre las actividades de recreación que se pueden realizar se encuentra el ciclismo de montaña, donde los amantes de este deporte pueden combinar el ejercicio con majestuosas vistas.
Otro de los atractivos con los que cuenta el Centro de Conservación es el “Mariposario comunitario”, el primero en su tipo en la entidad. Ahí los pobladores han trabajado desde el año 2017 en la crianza de diversas especies de este insecto lepidóptero.
En este espacio chicos y grandes pueden conocer todo sobre las mariposas, las características de cada especie, su proceso de reproducción, alimentación y su relevancia en el equilibrio del ecosistema.
En un inicio en el mariposario se encontraban 10 especies, sin embargo, debido al temporal actualmente sólo tienen a su cuidado tres de ellas: Blanca con ojos verdes, Amarilla y Monarca.