Puebla, Pue.- A dos horas de la Ciudad de México se encuentra la metrópoli Puebla de Zaragoza, el paradero mágico y escaparate principal de todos los capitalinos para salir del ajetreo que produce todos los días la CDMX.
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Entrar a Puebla es hacer una parada obliga en el tiempo en donde casonas, edificios y arte poblano, hacen una especie de hechizo que te obligan a no querer irte de ahí.
Sin embargo, una de las cosas que más caracteriza a Puebla – y representa a México en todo el mundo- es la llamada Talavera, un arte realzado desde hace más de 400 años y que sólo los poblanos tienen el orgullo de realizar.
Adentrándonos en esta tradición, la productora “Talavera de la Reyna, la magia de la tierra” nos abrió sus puertas para entender un poco más sobre la cerámica y no sólo quedarnos con el estigma de que Puebla produce “bonitos” platos.
Y es una de las cosas para entender la importancia de esta técnica, debemos empezar por saber cómo llegó a nuestro país este antiguo arte. Según, la información dada por “Talavera de la Reyna”, señala que la Talavera llegó cuando España conquistó a México.
Esta técnica originalmente es de Bagdad, sin embargo, ha sido tal el apego de esta artesanía que se ha hecho posible que sólo México produzca Talavera a nivel mundial; de hecho, Puebla es el único sitio con denominación de origen que puede hacerlo.
Sólo existen 4 talleres en todo el mundo que hacen Talavera y uno de ellos es “La Reyna”.
6, son las salas o cuartos que tiene esta empresa y en ella se especializan cada uno de sus integrantes en la elaboración primaria de las artesanías.
Unos de los primeros cuartos, por llamarlo así ya que se encuentra a la intemperie, es el de separación y mezcla de barro en el que la tierra pasa de ser polvo a ser una mezcla que pronto se transformará.
Plumeado y punteado, son técnicas que se han usado desde hace 400 años y que dentro de una capacitación de Talavera, es lo último que se enseña, así lo señalan los artesanos.
Con esa intensidad y especificación, los artesano fijan su mirada penetrante a las figuras virgenes que están listas para ser ilustradas y “enchuladas” por manos 100 por ciento mexicanas.
Una inspección al tamaño y unos segundos creativos son suficientes para que los artistas sepan que nuevo diseño llevará cada pieza. Flores, plumas, caras, puntos, entre otros diseños, son los que predominan.
Sin miedo a las preguntas por los curiosos turistas que invaden su espacio de trabajo, los artistas bromean señalando que las técnicas artísticas que se ven en cada diseño es hecha por artistas puros de corazón.
Botes de leche y crema son los recipientes en donde los colores azul, amarillo, negro, naranja y verde, viven a disposición de estos.
Los colores hechos a base de minerales son usados diariamente para dar luz a estas artesanías.
Azul hecho de cobalto
Amarillo con amonio
Negro hecho con fierro
Naranja hecha con hematita
Verde hecho con cobre
En boca de los artesanos, cuentan que la mayor producción de las artesianas son vasos tequileros, pues los turistas tienden a relacionar a México con el Tequila y su forma de beberlo.
Sin embargo, otra de las cosas que también suelen llevarse son los vasos mezcaleros y su producción ha alcanzado a la de los tequileros, y siguiendo detrás de estos están los molcajetes pintados.
El costo va variando, sin embargo, el valor de cada pieza va desde los 250 pesos hasta los 80 mil pesos mexicanos.