Juchitán de Zaragoza, Oax.- Año con año, en Juchitán cada mes de mayo se celebran velas que son ceremonias nocturnas en las cuales se habla en zapoteco, lengua materna, también se tocan sones regionales y se utiliza el vestuario típico de la mujer (enagua y huipil).
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Hace 16 años un grupo de jóvenes fundó La Vela Guendaliza’a Sti Xcuidi, hermanamiento de los niños y niñas para fomentar y revitalizar en los menores la cultura y tradición zapoteca de los antepasados.
Esta ceremonia cultural es una festividad en la cual los niños y niñas juchitecos veneran al santo patrono de su ciudad, San Vicente Ferrer chico; y tiene el objetivo de enseñar a los niños y niñas de Juchitán el amor por preservar las velas que se realizan en su localidad.
Los orígenes de esta vela de los niños, “Guendaliza’a Sti Xcuiidi” data del año 2000, creada por jóvenes que ahora son padres de familia, con la finalidad de inculcar en los menores la conservación y preservación de las tradiciones de los zapotecas en Juchitán.
Aparecía el año 2000 y dichos jóvenes estudiaban catecismo en la parroquia de San Vicente Ferrer, asistían todos los domingos y al término de cada catequesis, charlaban sobre las formas y modos de las celebraciones en Juchitán hasta que cierto día coincidieron en la importancia de crear una vela para niños y niñas, con la finalidad de que a través de la observación, los infantes conocieran los modos y formas de las velas.
Leticia Flores Felipe, maestra de catecismo de los jóvenes junto con el párroco Arturo Francisco Herrera González, dieron el visto bueno a la idea de la vela de niños y niñas, por lo que un 30 de Abril del 2000, se realizó la primera festividad, llevándose acabo en el patio de la Escuela Centro Escolar Juchitán, que se ha convertido en el escenario tradicional.
“Nunca nos imaginamos que llegaríamos a cumplir primero cinco años, después 10 y ahora 16, es una gran celebración porque se involucran los abuelos, padres y los niños, cada uno comparte sus bebidas y antojitos que son botanas típicas, tratamos de que se asimile a lo que se consumen en las velas y lo mejor es que exista la convivencia”.
Entre las bebidas que se consumen está el agua de horchata o de limón y antojitos como empanadas, tortas compuestas, tacos dorados, bolas de queso, además de postres típicos como muéganos, pan de caballito, tortas de coco y dulces tradicionales de almendra, mango y ciruelo.
La tradición de la vela
En las 20 velas que se realizan anualmente en Juchitán, todas tienen un responsable que encabeza la ceremonia, el cual se le conoce como Mayordomo, así como de acompañantes, quienes pueden ser capitanes, capitanas y reinas; todos son los principales y están vigentes mientras se realice la celebración.
La vela también incluye una regada de frutas y una lavada de ollas que se efectúa por la tarde, en este caso, para la vela del hermanamiento de los niños, se realiza por la tarde y al día siguiente la regada de frutas y flores.
En sus inicios, el 30 de abril del 2000 cuando se realizó la primera vela de los niños, asistieron aproximadamente 200 niños y niñas, todos vestidos de la ropa típica del pueblo zapoteca, actualmente lo realizan en el primer fin de semana de mayo.
Las niñas utilizan su traje regional istmeño, el cual consta de una blusa con bordados a mano o cadenilla y un faldón largo, estampado con flores hechas a mano o cadenillas de hilo de seda, que en su parte inferior lleva una tira blanca llamada olán.
Los niños, simulan a un adulto, utilizan pantalón oscuro de color negro y guayabera blanca, algunos llevan un paliacate rojo amarrado al cuello y sombrero.
Esta vestimenta se utiliza en cada una de las velas que se celebran en Juchitán, también se impulsa el baile y la gastronomía en donde todo se comparte con los asistentes.
Leticia Flores Felipe, coordinadora y fundadora de la vela de los niños, expresó que ha sido más de una década de estar impulsando esta tradición infantil, en la cual los padres se preocupan y están atentos a los llamados a las reuniones cuando la fecha se acerca.
“Los padres cooperan para la música, en ocasiones son los mayordomos quienes la dan, nos organizamos meses antes y acuden muchos menores de edad entre invitados y socios, por ejemplo, nuestros primeros socios y mayordomos ahora suman más de 20 años y aun así nos acompañan en la organización”.
Respecto a la música, se tocan sones regionales, algunos menores danzan con sus padres y otros con sus abuelos o bien entre ellos, inclusive asisten pequeños desde meses hasta 13 años o más.
Edición 2016, Guendaliza’a Sti Xcuidi, Hermanamiento de niños y niñas
Con un son regional se abrió la pista de baile, todas las niñas y niños se encontraban listos para danzar y abrir la gran vela Guendaliza’a Sti Xcuidi, Hermanamiento de niños y niñas, en su edición anual número 16, en donde participaron cerca de 500 menores de edad.
La explanada del Centro Escolar Juchitán dejo atrás la cancha de deportes y se convirtió en una pista de baile, que al son de las teclas musicales, los menores comenzaron a danzar y con ello a compartir sus bebidas y comidas.
A diferencia de las velas tradicionales que se realizan en la noche, la vela de los niños se celebra por la tarde, en este año Fidel Ernesto y Tamara Nereyda López Nelio Cruz fueron los mayordomos, sonrientes y felices encabezaron el tradicional son regional y de inmediato fueron acompañados por los socios e invitados.
La reina de la festividad fue también Tamara Nereyda López Nelio Cruz, mientras que Mateo Eliud Guzmán Martínez representó a la imagen religiosa del Santo Patrón de los niños “San Vicente Ferrer Chico”, las capitanas fueron Paulina Queto Sánchez Alonso y Melissa Sicarú Palacios Castillo y el capitán Carlos Gui Bani Orozco Enríquez.
Los menores han aprendido a danzar los bailes y los niños caballerosamente pidieron a las niñas levantarse para danzar todas las melodías de la tarde.
Los padres de los menores invitaron a niños de otros lugares, asistiendo municipios como El Espinal, Tehuantepec, Salina Cruz y Unión Hidalgo. Asimismo, casi al término de la fiesta, se hizo la entrega de la mayordomía que para el 2017 serán las niñas y niños de la Casa Hogar el Pimpollo de Juchitán, los invitados.
La regada y misa
Al siguiente día, se realizó la regada de flores y frutas, en donde las niñas cargaron velas pequeñas y jarrones de flores, recorriendo la ciudad acompañadas de carretas minúsculas adornadas con hoja verde del río.
Para concluir esta tradición infantil, en el tercer día de festividades, los niños y niñas asistieron a una misa de acción de gracias, la cual se realizó en la parroquia de San Vicente Ferrer, como agradecimiento por los tres días de festividad.
“Si Dios lo permite, seguiremos con este impulso a las tradiciones, nosotros queremos que los niños y niñas vivan y disfruten sus velas, que aprecien su cultura y que dancen los bailes y sones de Juchitán y del bello Istmo”, concluyeron los organizadores.