Santo Domingo Tehuantepec, Oax.- Ubicado en el corazón de la tierra de la Inmortal Sandunga y con 44 años a cuestas, el mercado público Jesús Carranza, de Santo Domingo Tehuantepec, ha quedado rebasado por la modernidad y el avasallamiento del comercio informal en sus alrededores. Aunque en su interior, todavía es común una antiquísima costumbre: el trueque. Hombres y mujeres de los diversos barrios de la cabecera municipal y también de algunas localidades rurales acuden al centro de abasto y cambian sus productos; la táctica también es común entre locatarias, sobre todo, entre aquellas que expenden alimentos.
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A pesar de que los vendedores mantienen la idea de que el inmueble es funcional, a simple vista es posible constatar el deterioro que ha sufrido el mercado a lo largo de casi medio siglo.
Sólo composturas “menores”
Durante la última década, el edificio ha tenido diversas rehabilitaciones; pero más allá de un mantenimiento integral, se han dado sólo reparaciones menores y “manitas de gato”, sin acciones de apuntalamiento y reforzamiento de la estructura.
De las más recientes intervenciones se recuerda el cambio del cableado eléctrico, mantenimiento del drenaje y colocación de losetas en la planta baja, así como rehabilitación de los sanitarios; también fue reparado el techo debido a las filtraciones que con apenas una ligera llovizna inundaba el centro de abasto.
Inaugurado en 1973, el principal centro de abasto de Tehuantepec luce saturado. Los pasillos y entradas principales permanecen atiborradas con puestos de diversos giros.
Víctor Manuel Vega Betanzos, representante del mercado de los puestos semifijos y ambulantes, afirmó que las reparaciones hechas al mercado han sido sólo de apariencia, “sólo lo que veían”, porque ya rebasó su margen de vida útil.
Vega Betanzos dijo que el mercado ya representa un riesgo para la sociedad, por lo que consideró urgente y prioritario la construcción de un nuevo mercado público en Tehuantepec.
Locatarios “descuidados”
Sin embargo, entre locatarios no existe un consenso, pues hay quienes piensan que el inmueble todavía es funcional.
Las actividades en este centro de abasto comienzan de madrugada, cuando los vendedores preparan su puesto para atender a la clientela, y se prolongan en ocasiones hasta por 12 horas. Aunado a lo anterior, el mercado sigue siendo muy popular y principal centro de abasto para las amas de casa que diariamente acuden a realizar sus compras.
El último trabajo realizado al mercado se dio el trienio pasado; al respecto, Vega Betanzos recordó que en aquella ocasión se pidió quitar el techo y colocar una estructura metálica con láminas transparentes de vinil, o que se construyera otro mercado en otra zona, pero los locatarios no aceptaron la propuesta.
Dijo que a lo largo de los últimos años, han sido los propios locatarios los más descuidados, al quitar losetas y colocar cemento en algunas alcantarillas, lo que en lugar de generar una mejor imagen visual y mejor funcionamiento, contribuye al deterioro.
Hay “filtraciones”
Por su parte, el secretario general de la Unión de Locatarios, Floriberto Hernández Sebastián, señaló que después de la última remodelación del mercado, no han tenido problemas por fallas en su estructura.
“No tenemos problemas en la estructura, pero sí las filtraciones, lo cual esperemos que en la actual administración pueda subsanarse el daño”.
Aseveró que el mercado no es obsoleto, su construcción aún es resistente, su estructura fue diseñada para unos 140 años y no 30 o 40 como se argumenta, aseguró.
Sin embargo, coincidió en que es importante el proyecto de un nuevo mercado con el fin de desahogar el primer cuadro de la ciudad.