Santa Ana Zegache, Oax.- En este antiquísimo pueblo zapoteca, la desilusión y la esperanza rondan el campo conforme se acerca el tiempo de la siembra del maíz porque, si bien ya aparecieron las primeras aguas, no existe la certeza de que caerán las lluvias cuando se necesiten, como ocurría en antaño.
Algunos campesinos se apresuraron y sembraron una variedad tempranera de color rojo que no necesita de mucha agua, pero otros todavía están preparando la tierra y aguardando el temporal, para decidir qué hacer.
Y no es para menos, porque la sequía registrada el año pasado provocó la pérdida de prácticamente todas las siembras porque corresponden a tierras de temporal.
“Nos fue de la fregada; estuvo jodido, no hubo buena cosecha”, afirmó Don Marcial Mendoza Martínez, mientras limpiaba de pastos su parcela recién barbecheada.
A causa de las erráticas y escasas lluvias que se presentan cada año, todavía no determina cuándo sembrará, ya sea el Día de San Juan, el 24 de junio, o en días posteriores.
“Ahorita no sé (cuándo echaré la semilla), según cuando llegue la lluvia, pero hasta ahora no ha querido llover mucho”, asentó.
Pues, las lluvias después de la siembra resultan de gran importancia para el crecimiento de la planta y su posterior germinación.
“Hay que esperar hasta que se componga; esa agua es la que se necesita. De lo contrario la planta no crece bien; no sirven después las lluvias”, asentó.
Cuando llueve normalmente la parcela del campesino produce una carreta –una medida tradicional de aproximadamente casi media tonelada–, pero cuando escasea, como en el 2015, ni a la mitad se llega.
“Por la falta de lluvia casi nada sacamos, apenas para comer y darle algo de comer a los pollos. Llovió tarde y no creció pareja la milpa”, refirió.
Con esto, es más difícil el campo cada año porque son más pérdidas que las ganancias, especialmente cuando se utiliza maquinaria para preparar la tierra y fertilización.
“Es puro dinero el campo y ya casi no da nada. Cuando no hay cosechas, puras pérdidas”, indicó.
Una posibilidad sería la siembra de maíz mejorado, por ser más resistente a la falta de agua, pero el campesino se ha rehusado porque se perderían el tradicional maíz del pueblo y por el alto costo de la adquisición de la semilla.
“Vinieron por acá a ofrecer su semilla; las regalan la primera vez y después quieren que les compre uno. Mejor sembramos nuestra semilla que seleccionamos nosotros mismos”, anotó.
(RElativa)
Sembrar, juego de azhar
SANTA ANA ZEGACHE, Oax.- “Aproveché las primeras aguas y sembré un maíz tempranero, el velatobo, de color rojo, el 1 y el 2. Es más rápido su crecimiento; mientras el (maíz) blanco lleva cuatro meses, éste ya está a los tres meses. El blanco es más lento; con la lluvia que cayó hace unos días la tierra está húmeda y permite el crecimiento de la planta, aunque en una semana se necesita otra lluvia para que vaya desarrollando más. Ojalá nos vaya bien este año; en el 2015 estuvo muy jodida la situación por la sequía fuerte que se sintió, estuvo muy triste la cosecha. No cosechamos casi nada, se fue el agua cuando las milpas más la necesitaban. Apenas sacamos unos 250 kilos y lo demás se dio como forraje a los animales. Y bueno, cada año es lo mismo, pero no nos queda otra, nuestro trabajo está en el campo”: Silvestre Morales Felipe, campesino.
Nota anexa
Siete Mogotes
Zegache significa en zapoteco “Siete mogotes”, se compone de Zet “mogote” y gache “siete”. Su distancia aproximada a la capital del estado es de 34 kilómetros.
Fue la tercera comunidad en fundarse en los Valles Centrales, después de Zaachila y Tlalixtac de Cabrera.
Fray Esteban Arroyo cuenta en su libro Los Dominicos Forjadores de la Civilización Oaxaqueña, que los habitantes de toda esta región fueron evangelizados por los dominicos de Santiago Cuilapan. Ellos iban a predicar, bautizar y casar a sus habitantes, hasta que el Virrey, Conde de Monterrey, ordenó se independizaran de Cuilapan, estableciéndose una vicaría con dos frailes: uno que hablara zapoteco y el otro mixteco, con ello se buscaba favorecer las relaciones interpersonales a través del idioma y la evangelización.
En Santa Ana Zegache se construyó un suntuoso templo que se inició durante el primer provincialato de fray Francisco de Burgoa, allá por 1664, con la participación de maestros de obra y albañiles de la zona, quienes a su vez enseñaron a un gran número de nativos que aprendieron con suma facilidad y que sirvieron para erigir otros recintos religiosos en la zona.
Maíz en
Zegache
1,874 has superficie sembrada
1,873 superficie cosechada
1,915 ton, producción anual
1.02 ton rendimiento por hectárea
7 millones 350 mil pesos, valor de la producción
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