Oaxaca, Oax.- Los mercados públicos son parte de la historia y el desarrollo del país, son un elemento esencial de la cultura e importantes centros de abasto; sin embargo, en los últimos 30 años los mercados se han enfrentado a una profunda crisis, una situación de decadencia, abandono y despreocupación por parte de las autoridades.
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Son lugares populares a los que la gente acude a comprar frutas, verduras, carnes y otros artículos de la canasta básica, los locatarios ofrecen sus productos a los mejores precios y los productos son de calidad, los mercados se caracterizan por un ambiente en el que se aglomeran olores, sabores, texturas y sonidos.
Actualmente, los mercados públicos han disminuido en un 80 por ciento sus ingresos, ya que la llegada de tiendas de autoservicio, las tiendas de conveniencia y las grandes tiendas transnacionales, los afectan, sobre todo por el abandono y falta de políticas públicas para rescatar la economía local.
El mercado de Flores Magón, que se encuentra ubicado en la unidad de la 1ra etapa, es un lugar en el cual se ofrecen productos, como: frutas y verduras, productos de limpieza, venta de carnes, comida, venta de productos desechables, un puesto de revistas y periódicos y un puesto de venta de hierbas, y a pesar de los productos que ofrece, es uno de los mercados abandonados, aquí se observan locales vacíos, cerrados y sin compradores.
Ángela, una comerciante de pollo, dice que tiene más de 40 años vendiendo en el mercado, pero han padecido crisis desde hace una década.
“Hace 30 años, el mercado estaba lleno de gente y todos los locales estaban ocupados, pero desde hace 10 años la gente dejó de venir por la llegada de las grandes tiendas y muchos comercios se fueron a la quiebra, por eso cerraron y desde esa fecha no nos podemos recuperar”, señala la pollera.
Reiteró que había un abandono total en términos de presupuesto y compromiso político con el sector, el cual se ve reflejado en la carencia de infraestructura.
Sin infraestructura
Los locatarios aclararon que los servicios de luz y agua son cubiertos por ellos mismos, “el pago de los servicios corren por nuestra cuenta, las autoridades sólo se interesan por nosotros en épocas electorales, cuando vienen y se toman la foto y nos prometen que nos van a apoyar como pequeños comerciantes, para votar por ellos y de ahí ya nunca regresan”, comentan.
Los mercaderes piden que se les apoye con campañas de publicidad, para recobrar la confianza de los clientes y evitar que sigan comprando en los grandes centros comerciales.
Los locatarios añadieron que está en la misma población cercana a los mercados, el cambiar la ideología, “por eso nosotros mismos que vivimos o trabajamos en los alrededores de los mercados, debemos comprar en éstos, por eso es urgente dignificarlos y renovarlos, porque sí vemos que no están bien, los vamos abandonando, sobre todo porque han sufrido las consecuencias de las malas administraciones municipales”.
Son varias las desventajas a las que se enfrentan los locatarios del marcado Flores Magón, los precios con los que compiten con las cadenas de tiendas, la variedad de productos que ofrecen al público y los horarios, la ampliación del horario de servicio contribuiría al crecimiento económico en la colonia y favorecería a las familias, ya que los padres y madres de familia al salir de sus trabajos, podrían realizar sus compras en los comercios populares.
Urge atención de las autoridades
Los mercados tradicionales han perdido compradores y beneficiarios al existir grandes cadenas comerciales, los centros de comercio públicos están en el abandono dentro de un contexto en el cual se otorgan permisos a diestra y siniestra para el establecimiento de tiendas de autoservicio y conveniencia que hacen quebrar cientos de centros de abasto y misceláneas familiares.
El deterioro y abandono de estos tradicionales centros de abasto popular debe revertirse con acciones concretas, más allá de discursos y buenos propósitos del gobierno en turno. Se trata de suma de voluntades, la ciudad los necesita, el gobierno debe permitir la modernización e integración de los mercados públicos a la vida productiva de la capital, más allá de la depredación electoral a la que sus gobiernos los ha sometido.