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MUJERES DE BARRO ROJO MOLDEAN ESPERANZA


Redactado por: adriana bravo
abril 25, 2016 , a las 1:02 am

San Marcos Tlapazola, Tlacolula, Oax.- Es un mensaje de esperanza en sus manos, el barro que moldean para formar jarros, salseras, tazas, floreros, ollas, comales, vasos y platos es un canto a la identidad y a la tradición. Las mujeres de este municipio de los Valles Centrales, ubicado a 40 minutos de la ciudad, sin saberlo custodian su tradición. Entre pláticas en zapoteco y un cuarto repleto de piezas de barro vender, es Alberta Mateo la que nos habla de su experiencia.

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Alberta tiene un rostro duro, la artesana tiene un carácter recio y grandes ojos enmarcados por sus largas trenzas, viste un mandil bordado y vestido color melón; tranquila y cómodamente sentada en una silla de madera habla de lo mucho que ya trabajó para posicionar su marca, de los pesos que se gastó en viajes al centro del estado y del tiempo que dedicó a talleres de capacitación, innovación y diseño.

Todo este conjunto le dieron la entrada al mercado internacional y ella de viajes, exposiciones, demostraciones y concursos sabe todo, asegura con un dejo de soberbia que la mayoría de las mujeres de su comunidad van por detrás de ella y por eso es celosa con su trabajo, porque si lo muestra le copian, asegura.

La actitud de esta artesana que presume premios, reconocimientos y viajes, contrasta con la realidad de la mayoría de sus paisanas, quienes se enfrentan a la escasa promoción, apoyo y visibilidad para colocar su trabajo. Los viajes a la ciudad requieren una inversión mínima de 100 pesos para el pasaje. Las calles polvosas, el viento caliente y casas de dos pisos son la postal cotidiana en esta comunidad, donde eso sí, todas las mujeres que lo habitan colorean el pueblo con sus vestidos de colores.

Vericuetos entre arcillas

Mientras algunas se las ingenian para salir a vender, al mercado de cada domingo en Tlacolula o el mercado de barro de la central de abastos, en la ciudad, Alberta cuenta su experiencia con la cooperativa Mujeres del Barro Rojo, agrupación con más de 40 años en la que trabajan ocho alfareras.
El trabajo del barro es exclusivo para las féminas, ya que los hombres se dedican al campo. “Nosotras vamos a la mina, vemos cómo está y contratamos a un peón para que nos saque lo que vamos a utilizar durante casi un año, de ahí para adelante ya no colaboran los hombres con nosotras.”

Contrario a otras comunidades dedicadas al barro en las que el hombre participa para golpearlo con un mazo de madera y hacerlo un polvo más fino, en Tlapazola este proceso difiere, ya que ellas lo remojan para después mezclarlo con arena. Empíricas la mayoría de ellas, aprenden este oficio desde los cinco años, cuando comienzan lúdicamente a moldear la arcilla.
En crudo el barro es amarillo y el engobe que utilizan es rojo, pero ese, aclara Alberta, hay que ir a traerlo al cerro donde no hay camino, ni burrito, para subir por él: “nosotras ya sabemos a dónde ir a buscar el color, traemos suficiente para que nos rinda un buen tiempo.”

Mientras otra de sus compañeras trabaja algunas piezas en la habitación contigua, Alberta recuerda sus viajes, sus lecciones y el apoyo que le dio un norteamericano, quien además le traía grupos de turistas para que les diera clases y al final hiciera una demostración: “ellos venían a aprender, les gusta mucho ver este tipo de procesos. Por él fue que pude ir a Estados Unidos, las primeras veces; ya luego fue por una diseñadora que me invitó que volví a ir.”

Alberta Mateo es una de los cuatro artesanos oaxaqueños que exhiben su trabajo en la tienda del Moma, de Nueva York y Tokyo; la otra artesana de su comunidad es Macrina Mateo, con quien elaboró un juego de cochinitos de barro rojo. Ambas viajaron a Estados Unidos para poder ver donde se exhiben sus piezas, trabajadas con Kythzia Barrera, diseñadora del programa Innovando la tradición.

En un mediodía en su taller, Alberta habla satisfecha de su trabajo, heredado de generaciones atrás, al que se dedica desde hace 35 años y el que le ha dado sustento y alegría. Su historia de éxito le ilumina la mirada, en una tierra que abandonaron varios jóvenes, hombres y mujeres, para ir en búsqueda del sueño americano, mientras ella y el 90 por ciento de las habitantes de Tlapazola siguen moldeando sueños de esperanza.

El dato
Tlapazola significa “lugar de codornices”.

¿Dónde?
Se ubica a 44 kilómetros al oriente de la ciudad de Oaxaca, por la Carretera Federal 190 con rumbo al Istmo de Tehuantepec.

Cómo llegar
En la población de Tlacolula de Matamoros dar vuelta a la derecha con rumbo a San Lucas Quiaviní, para finalmente llegar a San Marcos Tlapazola. Incluye 12 kilómetros de terracería a partir de Tlacolula de Matamoros.

Para saber
La localidad de San Marcos Tlapazola está situado en el Municipio de Tlacolula de Matamoros.
Tiene 1114 habitantes, cifra que contrasta con los 3500 que presume en un letrero a la entrada del pueblo.
San Marcos Tlapazola está a 1720 metros de altitud.