Santo Domingo Tehuantepec, Oax.- La arquitectura religiosa es símbolo de Tehuantepec. En ningún otro municipio del Istmo convergen infinidad de templos con en ésta, la tierra de la Inmortal Sandunga. Cada barrio expresa en su templo su fe y alimenta sus tradiciones.
Los inmubles religiosos encierran misterios y misticismo, tradiciones, mitos y leyendas. En la época colonial y parte del siglo XIX, algunos de estos espacios servían como cementerios de autoridades eclesiásticas y gente “pudiente”. Estas edificaciones religiosas son hoy símbolo de identidad y pertenencia. La Catedral de Santo Domingo de Guzmán y la capilla anexa, desarrollaban la función de necrópolis, en su interior aún se conservan restos de un cementerio de personas acaudaladas de aquella época. Es el principal centro para la grey católica tehuana que está próxima a celebrar la fiesta anual en honor a su santo patrono. De acuerdo con Jorge Rodríguez, historiador local, durante la remodelación de la Catedral fueron descubiertas en su interior unas criptas, las cuales todavía se pueden observar en los muros del recinto religioso. En aprecición del historiador Mario Mecott Francisco, el templo católico más antiguo de Tehuantepec es el ex convento de Santo Domingo, construido por la orden de los dominicos por cedula real del 8 de septiembre de 1543. En este periodo destaca y se autoriza la construcción de conventos en pueblos indios. Empezó la construcción del convento un año después, en 1544, dirigido por el padre Alburquerque y con el peculio del último rey de Tehuantepec Cosijopi, quien acepta su conversión al catolicismo. La obra se realizó con todos los pueblos de Istmo que llegaron a dar su tequio, convocados por Cosijopi. El barrio que registra la historia es de San Blas, en su mayoría de pescadores a quienes se les encomienda el sustento diario con pescados para quienes realizaban los trabajos de construcción del ex convento. Aunque el catálogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) menciona que la iglesia católica más reciente es la de Santa María, el padre Francisco de Burgoa en 1674 ya hablaba de su hermosura. Posteriormente, vinieron las iglesias de Santa Cruz, los atrios de otros barrios como los de Laborío y San Sebastián, que en su conjunto son 14, más La Soledad que se añade hace poco, donde hay un recinto religioso católico. Algunas de los diseños de los templos católicos tienen cúpula, otros no, otras con tejado, campanarios, entre otros implementos, así es fue como se fueron edificando, dice Mario Mecott. En 1599, el Padre Burgoa recogió lo que la tradición oral repetía en cuanto a una de las inundaciones más grandes sucedida en Tehuantepec, y que las iglesias sirvieron como albergues. Como parte de los templos se encuentra en lado norte del mercado de Tehuantepec, sobre la calle 22 de marzo, restos de la estructura de lo que fue la iglesia de Esquipulas, la cual data del siglo XVII. Quien les dio la primera embestida a los recintos religiosos fue la Ley de Desamortización en la época de Don Benito Juárez García. En esa época, muchas iglesias, y conventos fueron expropiados incluyendo los edificios coloniales que pasaron a manos de particulares, así como sus tierras y huertas. Por ejemplo, las huertas del ex convento de Santo Domingo que rodeaban el templo, con la mencionada ley fueron vendidos a particulares para edificar sus residencias, perdiéndose así, estos espacios. Otro golpe fuerte que se les dio a los propietarios originales de estos edificios fue en la época del general Plutarco Elías Calles, periodo en el que se cierran iglesias, como sucede con la de Esquipulas.