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DOS PUNTOS Y SEGUIDO..


Redactado por: adriana bravo
mayo 7, 2016 , a las 1:30 am

Por FRUMENCIO VERDUZCO

Oaxaca.- Uno de los chiquitos, sin muchas expectativas casi a punto de pasar desapercibido, sino fuera por la valentía de decir lo que pocos políticos dicen: la posibilidad de la derrota.

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Joaquín Ruíz Salazar, Candidato al Gobierno de Oaxaca por el Partido Renovación Social (PRS), mantuvo una postura erguida, proyectó la seguridad que pocas veces había proyectado. No se veía intimidado, lucia sonriente, pero aún le falta mucho por trabajar en su naturalidad, detrás de cámaras tuvo una postura erguida, no quiso  verse como “chiquito”, ya había otros más en la sala.

Aun así de a ratos se veía incómodo, tal vez por el cuello de la camisa que limitaba sus movimientos o la intimidación ante la cámara hacia efecto. Aunque también se distrajo fácilmente.

Inició con un tono cerrado, su garganta cerrada, poco a poco fue levantándose, detrás de cámaras se veía rígido, inexpresivo. Tal vez fue por qué nadie le pegó. O por qué maquillaba en su mente el próximo golpe a Salomón.

Al final el discurso empezó a sonar repetitivo, estuvo a punto de quedarse sin argumentos.  Tendrá que sorprendernos el próximo debate.

LA FOTO EN POCAS PALABRAS… 07 DE MAYO DE 2016

México.- Nuestro país ha enfrentado una serie de escándalos recientes en los que se han visto involucrados partidos políticos, empresarios, alcaldes, asambleístas, gobernadores, etc.

Un casomas y por lo tanto muy notorio de presunta corrupción fue protagonizado por el gobernador del Estado de Chihuahua, César Duarte, acusado de enriquecimiento ilícito después de que compró unos 4.5 millones de dólares en acciones del Banco Progreso Chihuahua.

En toda esta cadena de escándalos, no quedaron al margen empresarios y banqueros como Rafael Olvera, de Ficrea, una sociedad financiera intervenida por el gobierno bajo la sospecha de lavado de dinero y tras estafar a cientos de ahorradores a quienes se atraía con tasas de interés dos y hasta tres veces más altas que las promedio en el mercado.

La corrupción es como un cáncer que corroe el cuerpo social. Se mete hasta la médula de las estructuras gubernamentales, pero siempre es el ciudadano que paga los impuestos, sobre quien recae el costo de este “aceite” que lubrica la maquinaria de la administración pública.

Por eso les digo… Y nos leemos hasta la próxima edición…