Por FRUMENCIO VERDUZCO
Puebla.- Es vergonzoso —como dice él mismo— ver a un político como Alejandro Armenta llegar hasta el punto de erigirse como víctima del partido al que durante más de 30 años exprimió, le sacó todo el provecho posible y le sirvió para tender redes donde la corrupción nunca estuvo lejos de los actos que hoy denuncia.
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Armenta dice que se va del #PRI muy bien! Pues que empiece por renunciar a todas las prebendas que consiguió gracias al tricolor.
Una duda mata, será que en esa “congruencia” de la que habla el choteado Armenta quepa la renuncia en cascada de todos sus esbirros con empleo en el Registro Nacional Población o bien los que están en nóminas de presidentes municipales.
Este personaje es el mejor ejemplo de lo que hoy vive la política. Armenta está muy lejos de demostrar un acto de valentía. Lo que demuestra son excesos ante los malos pasos que le fueron sucediendo cuando su propio partido lo detectó como personaje voluntarioso, empeñado en seguir ordeñando las nóminas y la obtención de una candidatura cuando lo que “llama su trayectoria” no es más que una carrera del común priista donde derrotas y la burocracia de medio pelo han sido sus distintivos.
Chiapas.- La ciudadanía chiapaneca se pregunta: ¿En verdad a nadie le importa que Juan José Sabines Guerrero haya dejado hundida a la economía de los chiapanecos?. Su legado de corrupción le cuesta al erario estatal, más de 2 mil millones de pesos anuales de pago de capital e interés, además de las peores señales de pobreza y abandono en las regiones de Chiapas.. Lástima que los hubiera no existen, pero también se preguntan ¿Chiapas estaría tan impactado, si no se tuviera una deuda de más de 18 mil millones de pesos?. ¿Si los legisladores chiapanecos hubieran impedido el recorte de los cinco mil millones de pesos en el presupuesto 2017?. Al ver las dificultades que enfrenta el actual gobierno, deben escucharse tremendas carcajadas de regocijo en todo el consulado de Orlando. Claro que puede darse el lujo de celebrar, y por lo menos debería año con año, enviar una postal o una tarjeta navideña, a los legisladores que integrando el Congreso Estatal aprobaron sus respectivas cuentas públicas; y al personal de la Función Pública, que por más que le buscaron, aseguran que no encontraron ningún elemento para romper la impunidad.
Por eso les digo … Y Nos leemos Hasta la Próxima edición …