Por CARLOS MOTA
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Fue un gran acierto que el presidente Peña propusiera a Paloma Merodio para integrar la Junta de Gobierno del Inegi. Es una profesional muy sólida, que promete refrescar a ese organismo. El Senado no debe dilatar su comparecencia en las comisiones de gobernación y población, y debe considerar que su nombramiento está fundamentado en criterios que garantizan la independencia permanente de la información que genera esa respetada institución. Veamos.
Paloma es una economista del ITAM joven, apenas rebasa los 31 años. Su maestría en Harvard la habilitó con una formación que miles de burócratas quisieran tener: en administración pública aplicada. Cuenta con todos los requisitos de ley, notoriamente los cinco años de experiencia de alto nivel, que ha acumulado en la Sedesol y en el Grupo de Economistas y Asociados. No pertenece a ningún partido político, y ha vivido hasta en Bangladesh.
Si hay algo que garantizará Paloma cuando se integre al Inegi es independencia de criterio. De hecho, en su propia posición actual como evaluadora de los programas sociales ha mostrado resultados que en ocasiones pueden ser adversos a las decisiones de gobierno, como en el caso del Programa 3 x 1 para Migrantes, que no ha generado los resultados deseados —originalmente concebido para “colaborar en acciones y obras sociales que contribuyan al desarrollo de sus comunidades de origen. También fomenta los lazos de identidad entre los migrantes y México”.
Una de las virtudes de un perfil como el de Merodio —además de su juventud—, es que podría proveer al organismo de novedosos instrumentos para hacer evolucionar la consecución de información y su interpretación, utilizando la tecnología y elevando el nivel de la analítica de datos provenientes de una multiplicidad de aparatos y sistemas
—teléfonos inteligentes, apps como Waze, Google Maps, etcétera—. Eso se suma a que el Inegi requiere sin duda equilibrar su balance de género en los puestos de alto nivel.
Es triste ver que la grilla política se mete con personas técnica y sólidamente formadas, que podrían elevar el nivel del servicio público en México. Paloma ha recibido algunos golpes mediáticos porque a ciertas personas no les interesa que se fortalezcan este tipo de perfiles en el gobierno y en diversas instituciones. Pero es precisamente por eso que los senadores Armando Ríos Píter y Cristina Díaz deben apresurar esta ratificación.
Mañana es el Día Internacional de la Mujer, que, según la ONU, “se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”. Buena época para citar a Paloma a su comparecencia.