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HÉCTOR HERNÁNDEZ, LA FIGURA DETRÁS DE FLOR DE PIÑA


Redactado por: adriana bravo
junio 4, 2016 , a las 1:09 am

San Juan Bautista Tuxtepec, Oax.- “Ya estamos de nuevo aquí, como cada año, lo hacemos en la octava del lunes del cerro medio viaje fue subir, medio viaje fue bajar, la montaña atravesamos y la friega fue inclemente”, estos son los versos que cada Lunes del Cerro se escuchan en voz del maestro Héctor Arturo Hernández, instructor del grupo folclórico más emblemático de la Cuenca del Papaloápam y la Flor de Piña.

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El maestro Héctor Arturo Hernández, desde muy pequeño sabía muy bien cuál sería su camino: docente, artista y comerciante. Tres actividades que ha cumplido y que lo convierten en una persona multifacética y entregada a su trabajo.

Su pasión por el baile la enfocó en sus estudios de Danza Folclórica Mexicana y Teatro, dos carreras combinadas con sus estudios de docencia.

Cuenta que al término de sus estudios de la Normal Superior comenzó a trabajar y a tomar decisiones importantes, que no sólo le abrieron las puertas, sino que lo llevaron a participar en la Casa de la Cultura en 1979 como maestro de danza.

“Yo soñaba con irme a la comunidad, tan es así que me fui a hacer mi servicio a Santa Rosa una comunidad que desapareció por la presa Cerro de Oro, a donde llegábamos caminando y a caballo”, recuerda.

Actualmente, es uno de los símbolos más importantes, no sólo de su región sino de la danza folclórica oaxaqueña, por su gran entrega de enaltecer el Estado en cada una de sus presentaciones.

Su forma de enseñar lo ha llevado a dar clases y conferencias en diferentes ciudades de la Unión Americana, una labor que realiza constantemente, con la que busca fomentar los valores y tradiciones de la comunidad oaxaqueña.

Ballet folclórico Tochtepetl, 37 años de crear emociones

Con su pronta incorporación a la Casa de la Cultura de Tuxtepec en 1979, el maestro Héctor cuenta que el crecimiento del Ballet Folclórico Tochtepetl ha tenido grandes avances, presentaciones desde la ciudad de Tijuana, Baja California, hasta Mérida Yucatán. “Oaxaca es el estado más rico en tradiciones y costumbres, dicen que es el estado más pobre y a lo mejor tengan razón, si se refieren a lo económico o a las cosas materiales, pero yo presumo que nosotros somos ricos, precisamente por todo lo que brinda Oaxaca en el mundo”.

El surgimiento de Tochtepetl comenzó como un grupo de danza, pero el entusiasmo de sus integrantes pronto lo hizo florecer, hasta llegar a los ojos y admiración del maestro Miguel Vélez, director del Ballet Folclórico de la Universidad Veracruzana, quien dijo que era digno de llamarse ballet.

“Hemos estado en los mejores teatros, por ejemplo en el Teatro Degollado de Guadalajara, Bellas Artes en México, Peón Contreras de Mérida, teatro de La Paz de San Luis Potosí, pero también hemos estado en muchos espacios públicos, ferias y eventos privados, hemos ido hasta Guatemala, Estados Unidos en Las Vegas, Houston y Disneylandia”.

La trayectoria de 37 años de este conjunto de bailarines, los ha convertido como un referente en la danza tradicional del estado, ya que se ha funcionado con el esfuerzo de sus integrantes y el apoyo incondicional de los padres de familia.

“Son experiencias maravillosas, las que hemos vivido a lo largo de 37 años y hemos puesto el nombre de Tuxtepec muy en alto y sobre todo el de Oaxaca, yo en lo personal estoy orgulloso de ser oaxaqueño”.

Los números que Tochtepetl tiene son: La Guelaguetza que se ubica como el favorito de todo su repertorio, se suman la Canción Mixteca, como un referente del dominio popular que provoca nostalgias, Veracruz, Nayarit, Zacatecas y recientemente incorporados los bailes de época.

“El trabajo del Grupo Tochtepetl es de todo el tiempo, es ayudarlos y motivarlos”, explica el maestro Héctor, haciendo la distinción que el grupo es un referente y semillero para las jóvenes que se incorporan para representar a la delegación de Tuxtepec en los Lunes del Cerro.

Para ser parte del ballet folclórico, no hay un rango de edad, sólo tener las ganas de participar y de mantener la disciplina que se exige para aprender, “es un trabajo muy bonito, que me llena mucho en lo personal, somos una familia porque estamos en las buenas y las malas”.

Flor de Piña, el emblema de la Cuenca

El ballet folclórico Tochtepetl y la delegación de Flor de Piña son dos grupos diferentes, aunque nada separados de la vista del maestro Héctor Arturo

Al respecto, cuenta que cada año se forma un comité que se encarga de seleccionar a las chicas que llevarán la pauta del baile en las cuatro presentaciones.

Para pertenecer a este conjunto, se toman en cuenta la edad, ser originaria de región de la Cuenca o por lo menos tener una residencia mínima de cinco años; tener cabello largo, consentimiento de los padres y sobre todo, actitud y mucha disciplina.

A pesar de la belleza del baile, el maestro Hernández menciona que este año se registró un número de 99 muchachas, esto en comparación de algunos años que se habían registrado has 268 personas, de las cuales sólo se eligen 36. Cabe mencionar, que durante la selección, los organizadores tratan de dar oportunidad a todas las participantes de ir a la Guelaguetza, por lo que procuran no repetir participantes.

“Es un gran trabajo y todo lo que se hace para preparar a la delegación a ese nivel”, menciona que cada detalle cuenta y más cuando son visitados por el Comité de Autenticidad, “es el baile más aplaudido, más esperado y no puede haber errores”, destaca.

“Se toma en cuenta las ganas, el interés y además los padres, porque es impresionante lo que los padres gastan cuando su hija quedó seleccionada, hay padres que no escatiman y les compran mínimo de cuatro a seis huipiles”.

Un gasto que representa un mínimo de 30 mil pesos que incluyen cuatro huipiles, listones, collares, aretes, refajo, pulseras y demás accesorios.

Toda esta indumentaria se debe a los diferentes eventos a los que deben asistir: las cuatro funciones de la Guelaguetza, la comida de la hermandad, la calenda previa y el ensayo general.

Flor de Piña se creó en 1958 con música de Samuel Mondragón y coreografía de la profesora Paulina Solís. Todo ello, con la intención de crear identidad a la región, es por ello, que implementaron a la piña como su símbolo e instrumento de baile, sumando la variedad de trajes que existen en el lugar.

Con una convocatoria abierta para todas las comunidades de la región, la primera presentación se dio con 20 chicas, presentación que se repitió al siguiente año pero con hombres, la cual no tuvo tanto impacto, es por ello, que desde entonces Flor de Piña se ha convertido en una danza exclusiva de mujeres.

La vida del maestro Héctor Arturo Hernández ha trascurrido entre pasos de baile y enseñanzas en el aula, su forma de ser lo ha impulsado a ser el grande de la danza en Oaxaca, es ejemplo del orgullo oaxaqueño en el extranjero y sobre todo un ejemplo de vida.