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“Todos Somos Estudiantes”


Redactado por: Isaias garcia
septiembre 15, 2018 , a las 5:08 am

Victor Hugo Hernández Ríos

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La memoria suscita un sistema de recuerdos que ennoblecen el espíritu, cuándo el ser humano recuerda inmanentemente vive en segundo plano y empezamos a sentirnos libres, Sartori diría que comenzamos a asimilar que sucede y por qué sucede. Con ello se entiende que la memoria alberga aquellos contextos materialmente históricos que permiten el retroceso reflexivo, donde las imágenes y simbolismos pueden ser analizados de manera más concreta a pesar de que estos muchas veces no resulten de manera positiva, pero cuando estas memorias trascienden a un plano material, podemos corregir o mejorar lo que sustancialmente se veía limitado.

La UNAM se agita, el eco en las paredes de la máxima casa de estudios hoy es más eufórico, a 50 del 68 los estudiantes entienden la coyuntura de los procesos históricos que heredaron ante irreparables perdidas sociales, algo que jamás podrá ser subsanado. En las portadas de PROCESO, la historia que nos une es la expresión mas significativa, pues a pesar de casi 50 años, nos sigue interpelando, por que ese sentido de identidad que rompe al nacionalismo, que rompe a la patria y nos hace vibrar como una sola masa debe seguir presente en el corazón de todos los que nos atrevemos a llamarnos estudiantes.

Gramsci mencionaba que, “El hombre toma consciencia de las relaciones sociales en el terreno ideológico” pero estas relaciones sociales se ven limitadas cuando la ideología hace presencia, por que a pesar de ser compartidas colectivamente, genera limites y esos limites se encuentran situados entre posiciones intrapersonales de izquierda o de derecha, de clase alta o clase baja y provoca rechazos o inclusive comentarios despectivos de lo que sucede con los jóvenes de la UNAM.

Jenaro Villamil, en su articulo Medio siglo después, los nietos del 68 gritan en silencio: “Fuera Porros de la UNAM”, realiza una clara descripción de lo que han suscitado las injusticias del régimen autoritario, las represiones y el silencio que bloquea el recuerdo que la historia nos ha dejado en las memorias estudiantiles de todo el país.

“Le toca hablar a mi espíritu por lo que mi raza ha soportado”, frase emblemática de José Vasconcelos representa el sentimiento estudiantil que pasa a ser la objetividad de miles de consciencias capaces de materializar construcciones semióticas, que naturalmente da significados y simbolismos que se hacen ver en toda la República Mexicana y en demás países que se sienten identificados con estas causas. Los estudiantes del 68, los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa y el acecho del porrismo en las universidades públicas debe ser sentido de unidad y cohesión social, pues ya sea que se pertenezca a una institución pública o privada, es la alerta de riesgo, de la vulnerabilidad o del “hoy tú, mañana puedo ser yo” la que rompa con paradigmas y prejuicios obsoletos, inculcados principalmente por aparatos ideológicos o mercadológicos que olvidan la esencia por naturaleza del ser humano “un ser socialmente responsable”.

La educación se debe defender en el aula, en la calle, sea de quién sea, inclusive del Estado. Estas marchas deben recordarle a la sociedad que necesita voltear a ver a los estudiantes, que este sector vive y que no es manipulable, que en ocasiones se debe levantar la voz y exigir lo que por derecho corresponde, que están para fortalecer a nuestro sistema, que son parte esencial de la política mexicana y que no se puede tolerar prácticas represivas, por que son los recuerdos, las memorias, las consciencias y las reflexiones lo que obliga a no dejar que se cometan los mismos errores del pasado, los muros de la UNAM así como los muros de todas las universidades deben transmitir el mensaje a cada estudiante, que el discurso no se agote en el rechazo, desprestigio o menosprecio a los jóvenes que salen a marchar por los derechos de todos, aprovechemos esta celebración de independencia para recordar que la democracia, las libertades y los derechos son labor de todos los días, por qué todos somos estudiantes.