México, D.F.- En sólo 12 años, de 2004 a 2016, el número de tomas clandestinas de combustible pasó de 102 a 6 mil 159, lo que representa un crecimiento de casi 6 mil por ciento, es decir, en promedio cada hora se perforaron 1.5 tomas clandestinas, con una tendencia a seguir en aumento este delito cuyos autores son conocidos con el nombre de huachicoleros.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR
Entre 2009 y 2016 –en sie7e años-, Pemex perdió, conservadoramente, alrededor de 14 mil 700 millones de litros de gasolinas, siendo 2016 uno de los peores años en este sentido, con 2 mil 282 millones de litros de combustible en manos de los criminales organizados que actúan en este terreno.
La Cámara de Diputados y Petróleos Mexicanos reconocen la magnitud del problema y mientras la primera acumula múltiples iniciativas de ley para combatir el delito, la segunda realiza acciones, junto con la PGR, el ejército y la Marina, para tratar de acabar con los huachicoleros.
La Procuraduría General de la República (PGR), por su parte, tiene claro, y ahí enfoca sus tareas principales, que las entidades que presentan mayor afectación por el robo de combustible son Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Guanajuato, México, Puebla, Jalisco, Sinaloa e Hidalgo, es decir, una tercera parte del territorio nacional.
A través de su Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop), la Cámara de Diputados sostuvo que, entre los efectos colaterales de esta práctica ilícita, se contemplan las afectaciones ambientales ocasionadas principalmente por los derrames sobre ríos o campos agrícolas.
De igual forma, se genera otro tipo de accidentes causados por la instalación y manejo de tomas clandestinas como incendios y explosiones causando incluso la pérdida de vidas humanas. Los montos para revertir estos daños son cuantiosos, como también aquéllos destinados a su prevención.
Dijo que, si bien es cierto que Pemex no es responsable directo de resarcir los daños causados al medio ambiente ocasionados por los derrames de hidrocarburos provocados por los huachicoleros, “sí debería estar al menos comprometido con el fortalecimiento de los procesos de prevención a través de una mayor y mejor vigilancia e impulsar la instrumentalización de nuevas tecnologías”.
Ello debido a que, desde hace años, el robo de combustible se apuntaba como uno de los problemas más importantes en la producción de hidrocarburos de Pemex pues derivado en menor producción de petrolíferos, alza de la demanda, pérdidas financieras a causa de esta situación, justificando -en parte- el incremento en la importación de gasolina, diésel, gas natural, gas licuado, entre otros.
Añadió que el problema persiste puesto que, mientras la demanda nacional de combustibles, importaciones, precios al consumidor final y tomas clandestinas continúan en aumento, la producción de barriles sigue a la baja; “sin duda algo no se está haciendo bien”.
El Cesop señaló que el tema amerita una atención pronta e inmediata, pues en tanto la fuga de combustible se contenga lo hará también la de recursos económicos hacia las manos de los delincuentes organizados, “un escape monetario que en principio debería robustecer las finanzas públicas para la promoción y puesta en marcha de diversas políticas y programas sociales”.
El fenómeno de ordeña de ductos de Pemex no se distribuye de la misma forma en todo el país, por el contrario, existen regiones claramente identificadas como “focos rojos”.
En este sentido, la implementación de la más alta tecnología, tanto física como química, así como de una parte de la estadística espacial exploratoria y de comportamiento, son sólo algunas de las opciones que se plantean más viables para complementar otras acciones del gobierno en este combate.
En su estudio, el Centro dependiente de la Cámara de Diputados, señala que entre los hallazgos más importantes sobresale que la población encuestada sitúa geográficamente aquellos estados de la República en donde supone que existe el robo de combustibles:
Puebla, 40.4 por ciento; Veracruz, 24.6 por ciento, Estado de México 13.2 por ciento, Jalisco, 8.7 por ciento, Hidalgo, 7.9, Tamaulipas, 7.2, Michoacán, 7.1, Guanajuato, 6.9, Tabasco, 5.7, Guerrero, 4.0, Ciudad de México, 3.8, y Chiapas 3.7 por ciento.
Así, el 27.1 por ciento de la población consideró que una de las causas del robo de combustible se debe al alza en el precio de las gasolinas; el 16.2 por ciento lo atribuye a la corrupción, el 10.2 por ciento al desempleo, y el 87 por ciento a la incompetencia de las autoridades.