Puebla, Pue.- Alberto Jiménez Merino se asume como un militante leal a los principios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y eso lo hace una rara avis, justo ahora que varios de sus correligionarios piensan en abandonar el barco y sumarse a las filas de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.
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Quiso ser el candidato a la minigubernatura en 2016, pero la elegida para competir fue Blanca Alcalá Ruiz. Perdieron las elecciones y él se dedicó a las labores del campo. A casi un año de distancia, afirma que está dedicado a proyectos personales, porque “no voy a donde no me invitan y si no me invitan es porque no me necesitan”.
Aunque no se arrepiente de haber intentado ser el candidato a la gubernatura, sí reclama que los priistas, sus correligionarios, se hayan alejado de la nutrición, el agua, la alimentación, el empleo…, de todo aquello que necesitan los poblanos.
— Desde que renuncié a la Sagarpa he estado dedicado al desarrollo de proyectos, a la capacitación, la integración y ejecución de proyectos. Dije que si yo no era candidato del PRI a la minigubernatura apoyaría a quien fuera y siendo consecuente, me retiré y me puse a hacer mis cosas (…) Yo digo que no voy a donde no me invitan y si no me invitan es porque no me necesitan.
Estamos trabajando principalmente en dos vertientes: una en la identificación y desarrollo del talento de jóvenes y para eso formamos el Instituto para el Desarrollo Integral del Talento Humano, donde ayudamos a jóvenes de entre 14 y 13 años de edad.
Siento que eso ha sido una tarea pendiente de la escuela desde hace muchísimos años: no hemos ayudado a las personas a identificar en qué es buena para que ahí puedan desarrollar y elegir su destino.
Esa es una vertiente de trabajo y la otra el Centro de Innovaciones Agroalimentarias y Tecnológicas, donde impulsamos proyectos. Estamos desarrollando un modelo de producción de bagre e higos dándole doble uso al agua para las mixtecas; lo vamos a llevar a las zonas expulsoras de gente para Estados Unidos, zonas muy pobres dedicadas al autoconsumo. En 10 meses hemos empezado a cosechar higos y en unos cuantos días estaremos cosechando peces en este proyecto de doble uso del agua. Hay que estirar el agua, necesitamos ser más eficientes.
— Siento que los dirigentes han abandonado los principios del PRI. Necesitamos retomar la cercanía con la gente, atender sus necesidades, de unos años para acá nos dio por embellecer zonas urbanas, por proyectos que hagan trascender al gobernante, pero olvidaron las necesidades más sentidas: la nutrición, el agua, la alimentación, el empleo.
Vi en televisión el anuncio de la Agenda 20-30 que está haciendo el presidente (Enrique Peña Nieto); yo felicito una iniciativa así, porque desde finales de los años 80 del siglo pasado, no le dimos importancia a la planeación y quizá sea por eso que estamos llenos de programas hechos con ocurrencias que no han resuelto los problemas fundamentales.
—A mí no me consta. No tengo esa capacidad de interlocución. A veces se supone, a veces medio se ve, finalmente creo que en el PRI se ha hecho lo que mejor se puede; no tengo nada qué reclamar a los dirigentes locales, aunque creo también que ya era tiempo de renovaciones y de darle paso a otras opciones; si tuviera algo que reclamar es que no se hayan atendido las necesidades más sentidas de la gente y que los programas estén alejados de lo que la población necesita.
—Después de las reformas (estructurales), los cambios económicos en el mundo, la caída de los precios del petróleo y la escasa disponibilidad de recursos para programas sociales, se ha visto un deterioro de la capacidad adquisitiva del salario, y pues las condiciones son adversas para el PRI.
Alguna vez escuché que el presidente decía que las reformas eran necesarias, yo también creo que son necesarias. Lamentablemente no han dado los resultados que la gente espera y eso se paga en las urnas y hace perder popularidad a los gobernantes.
La situación es complicada y aparecen otros que dicen que traen soluciones a todos los problemas (…) ya he vivido muchos procesos y por lo menos, el beneficio de la duda se les está dando y quizá por eso algunos de mis compañeros ya andan formándose, pero no va con mi forma de pensar: para mí la atención de los problemas de la gente es más importante que tener un cargo.
—Indudablemente, y yo también lo he dicho: estamos urgidos de líderes, de gente que conduzca que guíe, que muestre, que esté presente, que esté orientando, pero aquí nos tocó vivir (…) y sí hace falta que nos conjuntemos porque en lo político, lo empresarial y todos los ámbitos de la vida sólo entre todos podemos lograr las cosas.
—Hay varios compañeros y compañeras, siempre valiosos. Algunos ya han expresado su interés por participar, otros aún esperan y seguramente después de junio, después de los resultados de los cuatro estados donde hay proceso, se reafirmarán decisiones; pero siempre habrá gente que nos pueda guiar, que nos pueda impulsar.
—En absoluto me arrepiento. Estoy puesto y dispuesto para participar ahí, donde sea requerido. En aquel proceso yo vi que nadie quería, vi que todos decían “es que es chiquito, es que tiene 22 meses, mejor nos esperamos a la grande” y recordé mi infancia, cuando también querías el juguete más grandote y el de más valor y el pequeño, ahí lo menospreciabas.
Vi que nadie estaba queriendo y fue esa una de las razones por las que dije “aquí estoy” y al final se tomó la decisión que ya todos conocemos. Yo dije que ayudaría a mi amiga Blanca Alcalá, incluso al grado de retirarme de la Sagarpa. Nunca me he arrepentido de nada. Todas las decisiones que he tomado hasta hoy han sido muy pensadas. No me he borrado. No me he descartado. Ahí estoy, mientras, trabajando en lo que sabemos hacer.
—Me tiene sin cuidado lo que hagan mis compañeros o dejen de hacer; lo que sí creo es que los principios no se cambian y que el trabajo es la base del liderazgo, creo que en todos los partidos hay buenos y malos, muy malos, y para salir adelante habrá que encontrar a los mejores, vengan de donde vengan, y estén en donde estén.
Siento que la política de partidos nos ha enfrentado, nos ha desgastado a muchos y a la población que es la que sufre cuando no hay rendimiento. Yo he reafirmado mi lealtad a los principios del PRI, eso no quiere decir que tenga que reafirmar mi lealtad a los dirigentes; pero con los principios me identifico plenamente. También he dicho que todo lo que yo he sido en el servicio público se lo debo al PRI, nunca lo dejaría, no es algo que esté en mi agenda de vida.
—Es muy posible, pero cuando lo manejan adversarios del PRI pierde similitud. Jamás iría a apoyar a un Ejército contrario: siempre la gente por delante y los principios partidarios…
—No, fíjate. Nos estábamos acordando de los autógrafos, tengo por ahí 10 libros, he sentido gusto de que alguien de un autógrafo, lo he leído y no tengo nada que pedir, no lo tengo considerado…
—El PRI y los gobiernos del PRI debieran estar yendo al reencuentro con la gente, al reencuentro con sus necesidades. A la atención de sus prioridades: la gente se queja de seguridad, del ingreso, de las oportunidades de trabajo, quiere que sus hijos tengan mejores oportunidades educativas, ahí es donde deberían estar los programas gubernamentales.
—Sí, estoy anotado. Todavía no me he borrado, pero definitivamente estaremos ahí para respaldar a nuestro partido y para alcanzar ese gran honor que es y seguirá siendo servir a los poblanos.
—Puedo decirte que tengo un trabajo cercano a la gente desde 1991 con mis recursos propios, con esfuerzos familiares, y algo que siempre destacaremos es el trabajo, con una honestidad a prueba de cualquier ácido. Un trabajo honesto sería nuestra carta de presentación, muy apegado siempre a cómo ayudar, cómo servir. No pretendo comparaciones, simplemente hablo de lo que ofrezco y de lo que åsoy.