La Habana, Cuba – Los cubanos pasarán un cierre de año complicado, luego de que el gobierno diera a conocer que tendrá que tomar “un grupo de medidas” para lograr que la economía de la isla se mantenga a flote en lo que resta de año, lo cual tiene a la población con los pelos de punta.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR
Esta semana sesiona la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), un proceso ordinario que tendrá su punto culminante el próximo 8 de julio con la sesión del mayor ente parlamentario cubano. En ese contexto se realizan reuniones de diversas comisiones legislativas, las cuales debaten sobre los temas principales que serán llevados al pleno del organismo.
De una de esas sesiones preparatorias se desprendió la que fue una revelación que ha colocado al país en incertidumbre, pues el ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, reconoció que los recaudos de divisas del país no van cónsonos con las proyecciones. Murillo Jorge, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y vicepresidente del Consejo de Ministros, reveló, según publicaron los medios oficiales cubanos, que el país está encaminado a enfrentar restricciones en la economía en los próximos meses.
El funcionario de alto nivel explicó, según los medios nacionales, pues la prensa internacional no está autorizada a presenciar los debates, que se tomarán un “grupo de medidas” para palear la crisis.
Las razones para el incumplimiento en el primer semestre del “Plan de la Economía del 2016”, que viene a ser algo así como el presupuesto del país en nuestro contexto, se adjudican a “la caída de los precios del petróleo y el níquel, los incumplimientos de la producción azucarera y de los ingresos previstos en el plan”.
Para mantener control sobre el déficit presupuestario, el gobierno planifica hacer importantes recortes en los gastos y acudir a los inventarios acumulados para ahorrar en las cadenas producción, así como en las altas inversiones que el país necesita hacer para importar insumos.
El gobierno estima que tiene 1,200 millones de piezas de consumo en inventario, lo cual permitiría limitar ciertas importaciones y detener la producción en fábricas para generar ahorros en consumo de combustible y energía.
Otra pieza importante del plan de contingencia para cuadrar la caja es el tema del consumo energético, el cual se dispara en verano y presenta todo un desafío para el país.
El periódico oficial Granma reseñó que Marino Murillo “llamó la atención sobre los problemas presentados con la disponibilidad de portadores energéticos, coyuntura que exige un estricto ahorro y un uso eficiente de la energía y los combustibles”.
“Las disposiciones para enfrentar la actual situación evitarán los apagones a la población y las afectaciones a los servicios básicos”, puntualizó Marino Murillo en el reporte de Granma.
Eso se traduce en términos prácticos a que se recortarán las jornadas de trabajo en las áreas gubernamentales no esenciales, de modo que no haya consumo energético en exceso y se ahorre petróleo. Los apagones volverán, pero el esfuerzo se centrará en no afectar a la población, a los centros esenciales de producción y los servicios vitales.
El problema en la captación de divisas cae como un balde de agua fría a la economía cubana, pues ocurre a pesar de que las proyecciones de visitas de turistas andan cerca del 14% por encima de los estimados y de que, según reportes provenientes de Estados Unidos, las remesas con dólares se han triplicado en el país.
Esos ingresos, sin embargo, no han logrado compensar la caída del 19% en la producción de azúcar, así como el impacto de la reducción de casi un 50% en los precios internacionales del níquel, metal del cual Cuba es uno de los mayores productores mundiales.
A esa realidad se suma la crisis en Venezuela. Aunque el gobierno no hace referencia al tema, por lo bajo se conoce que no quieren revivir la experiencia con la Unión Soviética, cuya caída derivó en el llamado “periodo especial”, una década en la cual la población sufrió todo tipo de carencias.
Venezuela es muy importante para Cuba por su ayuda con el petróleo subsidiado, un escenario que se tambalea por los problemas que sufre Nicolás Maduro para sostener su mandato. Prepararse para un escenario sin Venezuela es, por lo tanto, prioridad para los cubanos y parte de estas medidas lucen que van dirigidas a prever esa realidad.
La población anda pendiente de lo que ocurrirá y el impacto en la vida diaria.
“No estamos listos para otro periodo especial. Espero que lo que está pasando sea una cosa pasajera y que los cambios continúen para el bien del pueblo”, dijo a El Nuevo Día una mujer que prefirió no identificarse mientras caminaba bajo el tórrido sol habanero.
Sus palabras recogen un sentir más o menos generalizado, pues por estos días hay ciertos niveles de incertidumbre, los cuales podrían ser despejados cuando la Asamblea Nacional del Poder Popular se reúna el próximo día 8.