Tlaxcala, Tlax.- Junto con Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Puebla, la entidad reporta altos índices de trabajadores en riesgo. Curiosamente, estos son los cinco estados más pobres del país. Tlaxcala, junto con Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Puebla, es una de las entidades que reporta una de las mayores tasas de informalidad laboral en el primer trimestre del año, estos cinco estados también se distinguen por ser los estados más pobres del país, esto según datos que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la primera quincena de mayo. El INEGI dio a conocer que durante el primer trimestre de 2016, el número de desempleados ascendió a 2.1 millones de personas en todo el país, lo que representó el 4.2% de la Población Económicamente Activa (PEA) y la tasa más baja desde el tercer trimestre de 2008. Informó la dependencia que los estados que registran las mayores tasas de informalidad se encuentran Oaxaca, con 82% de la población ocupada en la entidad; y le siguen en orden de importancia Guerrero, con 79.9%; Chiapas, 78.3%; Puebla, 73.3%; y Tlaxcala, con 73%. Casualmente, el documento del Instituto señala que pese a que el nivel de desocupación en el país tiende a disminuir, la generación de empleos en condiciones críticas alcanzó su nivel más alto en los últimos diez años, de acuerdo con los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Y explica que la población con empleo llegó a 50.7 millones de personas, de las cuales 14% (poco más de 7 millones de trabajadores) se encontraban en condiciones críticas de ocupación, la cifra más alta de la que se tenga registro desde el tercer trimestre de 2005. Es decir, la población ocupada en condiciones críticas, o en la informalidad, es aquella que se encuentra trabajando menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, aunado a la que trabaja por más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y la que trabaja más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos, de acuerdo con la definición del propio Inegi. Esto significa que aumenta el número de personas que perciben bajos salarios, mientras que los empleos que entran dentro del nivel más alto son cada vez menos. Tal situación provocó que en los primeros tres meses del año, dice el boletín del organismo, los trabajadores que ganan hasta tres salarios mínimos aumentaron en un millón 412 mil plazas, en tanto que la base de quienes perciben más de cinco salarios mínimos se redujo en 705 mil puestos en el mismo periodo. “La precariedad de los empleos también tiene que ver con la falta de prestaciones, como los servicios de salud, esto quiere decir que 62% de las personas que se encuentran ocupadas (31.9 millones de trabajadores) no tienen acceso a servicios de salud, lo que representa una situación laboral alarmante”, opina Héctor Magaña, profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.
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