Puebla, Pue.- En los últimos 16 años, Puebla ha sido la ciudad santuario del narco. Han caído en la entidad 18 cabecillas de las principales organizaciónes delictivas en México: los cárteles de Sinaloa, Tijuana, Los Beltrán Leyva, Jalisco Nueva Generación, Los Zetas y Los Rojos.
De acuerdo a fuentes de Inteligencia federal, la Secretaría de Gobernación mantiene a Puebla como una de las ciudades santuario, pues incluso goza de más conexiones territoriales que la Ciudad de México, Querétaro, Cancún, Cuernavaca o el corredor León-Celaya.
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Por las zonas residenciales, servicios, instituciones educativas, conexiones con estados como Morelos, Veracruz, Estado de México, Guerrero e Hidalgo, la zona metropolitana de Puebla se ajusta para que los principales capos de la droga mantengan a sus familias y supervisen sus negocios o puedan emigrar a otras ciudades santuario.
Información a la que tuvo acceso PÁGINA NEGRA detalla que la Segob ubica el estado de Puebla como un foco rojo por su complicada estructura actual. Por un lado se mantiene su capital como una ciudad santuario y a la franja del huachicol como una zona prácticamente de peligrosidad, al mismo nivel de Tamaulipas.
Apenas el jueves 29 de junio fueron detenidos 10 sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación y un día después, el viernes 30 de julio de 2017, fue abatido en Chipilo, la junta auxiliar de San Gregorio Atzompa, Ricardo Arturo Pacheco Tello, alias “El Quino”, quien es considerado el principal líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en el estado de Veracruz.