Puebla, Pue.- Es la gasolinera clandestina del centro del país, pues el combustible robado a Petróleos Mexicanos (Pemex) en la entidad es consumido no sólo en la zona, también en el Estado de México, la Ciudad de México y Veracruz, reveló el director general de Etellekt Consultores, Rubén Salazar Vázquez.
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Mientras que el año pasado el principal mercado de los combustibles extraídos ilegalmente en el llamado “Triángulo Rojo” eran los propios municipios que lo integran, como Acajete, Acatzingo, Quecholac, Palmar de Bravo, Tecamachalco y Tepeaca, de unos meses a la fecha la red de comercialización y consumo de los productos se extendió, explicó el especialista.
El incremento al precio de los combustibles decretado por el Gobierno de la República, el relajamiento de las medidas de seguridad en Veracruz y la colusión de alcaldes y policías municipales del estado de Puebla principalmente, continuó, son las razones por las que los delincuentes ya ofrecen las gasolinas y diésel que hurtan a Pemex, más allá de su área de operación.
Así, agregó, la venta de combustibles robados rebasó el “Triángulo Rojo” y ya alcanzó a municipios como Huixcolotla y Puebla capital.
Y, añadió, dada la ubicación estratégica y los accesos carreteros a estas localidades, muchos automovilistas de la zona e incluso foráneos, acuden a comprar gasolinas para su consumo personal.
“Hasta ahora tenemos al menos detectado un patrón, los clientes van a surtirse a Puebla porque se está volviendo un punto de venta, en una gasolinera de combustibles baratos y está a menos de dos horas de la Ciudad de México”, abundó.
En el caso de Veracruz, agregó, la liberación de las carreteras de retenes de seguridad ha facilitado la transportación y comercialización de los productos.
Por el momento, mencionó Salazar Vázquez, la mayor parte de los consumidores en sus “nuevos mercados” son automovilistas particulares, que sólo usan la gasolina robada en sus propias unidades, pero no descartó que a medida que pase el tiempo y si no se refuerzan las políticas de seguridad y combate a estos delincuentes, podría extenderse a los transportistas.
Y advirtió, la red de distribución y de consumo podría ampliarse aún más, a municipios más cercanos y con vías de comunicación que permitan el tránsito rápido, como San Martín Texmelucan y Tecamachalco, e incluso a otros estados vecinos, como Hidalgo y Tlaxcala.
Por último, subrayó que el problema general del robo y comercio de combustible es rentable y socialmente aceptado, porque los delincuentes han aprovechado la idea de que el petróleo es un bien público.
“Les ha funcionado la propaganda de que ‘el petróleo es nuestro, robarlo no es delito porque es nuestro y hay que tomar lo que es nuestro’, y eso se vuelve un proceso de justificación de la actividad delictiva”, remató.
CONTAMINACIÓN ELECTORAL, GRAVE RIESGO: SALAZAR
Rubén Salazar, director general de Etellekt Consultores, también advirtió que otro riesgo grave respecto a las bandas dedicadas al robo de combustible es que puedan infiltrarse en los procesos electorales de 2017 y 2018, con el propósito de afianzar sus operaciones en el futuro.
Según el especialista, no sólo los productos sino también las ganancias derivadas de este delito podrían ser utilizadas en el financiamiento de candidatos en los estados vecinos que este año celebrarán elecciones, como el Estado de México y Veracruz, a cambio de conseguir protección e impunidad en caso de que se conviertan en autoridades.
Por tal razón, advirtió, el robo de combustible en Puebla no se detendrá y estimó que ese mismo riesgo podría replicarse en la entidad, que tendrá elecciones el año próximo.