Tlaxcala, Tlax.- Acompañada de centenares de fieles católicos, la imagen de Nuestra Señora de Ocotlán recorrió las principales calles de la capital tlaxcalteca durante la tradicional “Bajada de la Virgen”.
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Ante la venerada imagen de Nuestra Señora de Ocotlán, en lo que fue la tradicional “Bajada de la Virgen”, la Iglesia católica pidió a las autoridades, motivados por los valores humanos y éticos, ser sensibles y trabajar desde el ámbito de su competencia por las personas más vulnerables de la sociedad.
Durante 12 horas, sin importarles las inclemencias del sol, centenares de fieles católicos de la entidad y de otros estados como Chiapas, Oaxaca, Puebla y México, acompañaron la imagen de Nuestra Señora de Ocotlán en la tradicional “Bajada de la Virgen”.
Cerca del mediodía, la procesión hizo una pausa en el Centro Histórico de Tlaxcala, donde residen los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Ahí, frente a Palacio Municipal, el administrador diocesano en la entidad, Jorge Iván Gómez Gómez, instó a las autoridades a velar por los niños, los ancianos, los campesinos, los indígenas, las madres solteras y cabezas de familia, los desempleados, los jóvenes en busca de oportunidades y las víctimas de la trata de personas.
Tras reconocer a las autoridades legítimamente constituidas, Gómez Gómez sostuvo que la búsqueda de la paz es tarea de todo individuo, pero es también es una labor de las instituciones, quienes están llamadas a generar proyectos, estrategias y acciones concretas que brinden a la ciudadanía la seguridad.
“A la Santísima Virgen la veneramos como reina de la paz…le pedimos interceda a nuestro favor pues percibimos que el anhelo de paz se va alejando cada vez más. Hoy lamentamos esa cultura de violencia y de muerte que poco a poco se ha ido incrustando en el corazón de las personas, y ha ido minando la tranquilidad de nuestros ambientes sociales”, expresó.
Así, como cada tercer lunes de mayo, entre pétalos de rosas, confeti, cantos, porras y alabanzas, la ‘patrona’ de los tlaxcaltecas recorrió las principales calles y avenidas de la capital, que fueron adornadas con flores, alfombras de aserrín de llamativos colores y festones elaborados de papel, para visitar puntos emblemáticos de la ciudad.
Una vez iniciada la procesión, la primera parada de la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Ocotlán, fue en la capilla de la Santísima Trinidad, después hizo lo propio en un centro comercial en donde fue predicada la liturgia para adolescentes y jóvenes.
Alrededor de las 4:00 horas la Virgen arribó al mercado “Emilio Sánchez Piedras”, después se dirigió a la parroquia de San José, en donde fue oficiada una misa. Al término de la celebración, acompañada del contingente de feligreses, llegó a la iglesia de Jesusito.
La procesión hizo una nueva parada en el Hospital General de Tlaxcala, ahí, encabezados por el presbítero Manuel Zamora García, un grupo de sacerdotes confesó a los enfermos.
La imagen siguió su camino y se detuvo nuevamente en la entrada de San Hipólito Chimalpa, en la Central de Autobuses y en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, donde fue conmemorada otra celebración eucrática.
Tras el llamado a las autoridades en turno, la imagen de Nuestra Señora de Ocotlán avanzó a la Capilla del Pocito de Agua Santa, lugar donde apareció la Virgen de Ocotlán en 1541, para después proseguir su camino de regreso a casa, a la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán.
Corrupción y trata de personas, problemas de Puebla y Tlaxcala
Al presidir la celebración eucarística de la conclusión de la tradicional peregrinación, el Obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, lamentó que la corrupción y la trata de personas se estén apoderando de Puebla y Tlaxcala como una epidemia.
En el atrio del santuario de la Virgen de Ocotlán, lugar donde fue oficiada la misa, exhortó a la grey católica a pedir a Nuestra Señora de Ocotlán un milagro para acabar con estos males que dañan a la ciudadanía, así como sucedido en 1541, cuando apareció para acabar con otro tipo de epidemia.
“Que vuelva a hacer el milagro del agua del pocito, que nos cure, que nos renueve interiormente y solo entonces podremos decirle al señor, te doy gracias de todo corazón”, expresó.
Luego, explicó que parte de esta situación de violencia se debe a que a la gente le ha faltado profundizar en el mensaje de la Virgen y “yo pienso, con mucho respeto, que no solo debemos quedarnos en la imagen de nuestra señora de Ocotlán, sino profundizar en lo que nos pide y nos dice desde su aparición”.