Tlaxcala, Tlax.- A pesar de que su antiguo panteón está convertido en una explanada en el centro de la población, habitantes de San Isidro Buensuceso, municipio de San Pablo del Monte mantienen su tradición de prender veladoras, colocar flores, frutas, pan y abrir camino en medio del incienso a sus fieles difuntos para que los visiten durante la madrugada del jueves.
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La celebración del Día de Muertos en esta comunidad de cerca de 10 mil habitantes conserva rituales ancestrales ante el embate de un mundo globalizado en donde sus niños, jóvenes y adultos tienen acceso al internet y a la televisión por cable donde se informan del acontecer mundial, nacional y estatal.
En este sentido, José Pérez Capilla, un habitante de Buensuceso, comentó que en San Isidro se acostumbra hacer la primera ofrenda el 28 de octubre, “se le hace a todas las personas que sufrieron un accidente, después se coloca el 31 de octubre a todos los niños fallecidos y corresponde al primero de noviembre para todos los fieles difuntos”.
Este jueves fue en la madrugada, de tres a cuatro de la mañana cuando la gente acudió al panteón y a la explanada para llevar flores y después poner ceras para alumbrar el camino de los fieles difuntos que llegan a casa de sus familiares.
Es una celebración ancestral, que anteriormente se hacía frente a la iglesia, lo que ahora es explanada cívica, aun así, la gente asiste a ese lugar, llevan cempasúchil y conviven con sus difuntos.
Pérez Capilla señaló que forman parte de una comunidad que mantiene vivas las costumbres y tradiciones de varios siglos, aunque reconoció que los tiempos han cambiado cuando “la gente tiene acceso al café internet y al Sky o Dish; estamos más cerca de Puebla que de Tlaxcala, muchos hacen su vida laborar en Puebla dedicados a las construcción como albañiles, además de los comercios y a la maquila, son pocos los dedicados el campo, todavía lo producen personas de 50 años o más, las nuevas generaciones ya no lo hacen, antes sacaban toneladas de maíz, pero los hijos llegan a vender los predios por cuestión de insumos, todo está caro para la labor agrícola, quienes todavía trabajan en el campo piden hasta 220 pesos por jornada y comida libre, lo que no está al alcance de los productores”.