Oaxaca, Oax.- Por segunda ocasión, el talento del joven oaxaqueño José Edgar Velasco se catapultó como la imagen oficial de la Guelaguetza 2016.
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Su primera obra titulada La Danza de la Conquista en 2014 fue el inicio de una carrera con grandes logros, “fue toda una investigación académica sobre las danzas de la pluma que se realizan en los Valles Centrales de Oaxaca y bajo un técnica de acrílico en papel algodón”.
Dos años después, logra posicionarse como un artista del folclore oaxaqueño con Regocijo Oaxaqueño, una obra con diversos matices y sorpresas.
Investigar para
después pintar
“Esta pintura no iba para ese proyecto y surgió de una curiosidad que viene relacionada con toda la parte artesanal, en especial, por los alebrijes”, afirma.
La forma de trabajar de José, consiste en realizar investigaciones sobre lo que desea plasmar en el lienzo, por lo que su reciente obra contiene fuertes elementos que lo ayudaron a concretar su idea de lo artesanal en Oaxaca, “iba más a lo artesanal, es más como un homenaje a las manos artesanas, es para esta parte artística, el tallado, labrado y bordado, para toda esta pasión”.
Sus ganas por saber, lo llevaron a Arrazola Xoxocotlán y San Martín Tilcajete para conocer la técnica de realización de los alebrijes; en San Juan Guelavía averiguó sobre el trabajo de carrizo; en San Bartolo Coyotepec sobre el barro negro, además del trabajo textil de los trajes del Istmo de Tehuantepec.
Para José, este trabajo es experimentación, “lo defino como un trabajo en progreso, un trabajo que tiene una parte de investigación muy amplia, fue meterme en los libros”, aclara.
Con la técnica de óleo y acrílico, Velasco creó una pintura que conjunta elementos representativos del estado, “siento que me quedé corto, no todo se puede expresar en un lienzo de 90 por 60 centímetros”, dice emocionado al recordar cada uno de los momentos que lo llevaron a crear el festín de folclore multicolor.
Un año de trabajo, más el asesoramiento de sus maestros, amigos y expertos en el Taller Rufino Tamayo, lo impulsaron para enviar esta obra al concurso que cada año la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico lanza para elegir la imagen que mostrará ante el mundo entero la fiesta de los oaxaqueños.
Y aunque Regocijo Oaxaqueño no estaba en planes de lanzarse a concursar, a José Edgar le asombró la aceptable respuesta, “me habla la Secretaría de Turismo y me informan que nuevamente van a ocupar un trabajo mío como imagen oficial, obviamente mi reacción fue de sorpresa, estoy muy contento y también muy agradecido porque mis padres me han apoyado y mis maestros en la universidad, que me han ayudado en mi formación artística”.
Un artista en potencia
A sus 23 años y aún alumno de la carrera de Artes Plásticas y Visuales en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) y del Taller Rufino Tamayo, se perfila como uno de los artistas con mayor potencial y entusiasmo por mostrar su cultura por medio de la pintura.
“Soy un estudiante, hasta que no tenga mi título no me definiría como artista, pese a que muchos ya me quieran llamar artista, aún el tramo es muy largo, todavía hay mucho que aprender, yo pienso que la enseñanza no se acaba con que termines una carrera o tengas un título”, explica.
Cuenta que su gusto por el arte comenzó desde pequeño, por lo que su padre lo ha motivado por adentrarse en la investigación, esto como una herramienta que le dé las bases para hacer trabajos con mayor significado.
Su pasión por Oaxaca se ha formado con su familia y con sus actividades alternativas en grupos folclóricos, como el de las Chinas Oaxaqueñas, donde se desempeña como farolero.
Entre su gama de habilidades se encuentra el manejo de acuarela, carboncillo, acrílico, óleo, encáustica, grabado en ácidos, xilografía y punta seca.
Para el joven pintor con una carrera artística que aún está comenzando y que en su camino le falta recorrer otros espacios, considera que salir de su estado es una posibilidad para aprender otros estilos.
El contraste de habilidades profesionales con su familia, los cuales se dedican a la medicina y la contabilidad le han dado las herramientas para tener el hábito de la lectura y la investigación que le han aportado un plus a su talento.
Regocijo Oaxaqueño comprende un conjunto de elementos que exaltan las artesanías del Estado, inspirado en los alebrijes como centro principal de la pintura, el barro negro, textiles del Istmo de Tehuantepec, los faroles de las Chinas Oaxaqueñas y sobre todo su estilo que lo llevará a posicionarse como un pintor del folclore.