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ARQUITECTURA VERNÁCULA EN TAYATA


Redactado por: adriana bravo
abril 8, 2016 , a las 2:23 pm

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Tlaxiaco, Oax.- Las casas antiguas que se conservan en la comunidad de Santa Catarina Tayata, Tlaxiaco, en la actualidad son pocas, como la Casa del Campesino y la Escuela Primaria, Apolonio Hernández construidas en el año de 1930, también el excurato, el Teatro al Aire Libre, entre otros anexos y unas 10 casas particulares.

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Hermilo Osorio García, persona nativa de esta comunidad, de 88 años de edad da a conocer, que a raíz de la llegada de las misiones culturales a esta región, ellos fueron los que enseñaron a labrar las piedras, hacer casas de adobe, a realizar cal de horno, las tejas, ladrillos y a construir casas altas, con pretiles y corredores amplios.

“Construyeron grandes casas en esta comunidad, pero éstas han ido despareciendo ante la entrada de materiales industrializados y diferentes pensamientos de las presentes generaciones, las cuales han olvidado un modelo de construcción de casas”.

El edificio que ocupa la Escuela Primaria Apolonio Hernández fue construido en el año de 1930, anteriormente a ese edificio se le construyó un corredor que se le llamaba Corredor Municipal, más tarde se edificó un auditorio de usos múltiples que presta sus servicios a todas las instituciones educativas y a las actividades propias de la comunidad, pero esta obra no cuenta de las características del edificio antiguo por lo que rompió con la armonía.

“Todavía se conservan algunas casas antiguas o edificios, dentro de lo que mencionamos, está la Casa del Campesino en la cual está el museo comunitario, al frente está la escuela primaria, también con muchos años de su construcción; fueron hechos con la mano de obra de la gente del pueblo con base en el tequio, que era lo que se acostumbraba para hacer los trabajos, a mí me tocó todavía ver cuando se plantaron los muros, mismos que se hicieron originalmente con piedra labrada de cantera”

Hermilo Osorio García dijo que la piedra labrada era el trabajo hecho por los mismos albañiles de la comunidad, para trasladar la piedra “porque no había camino como dice la canción, se hacía al andar con animales de tiro, principalmente con yuntas, le ponían un palo que se llamaba rastra y ahí montaban las piedras para traerlas, a donde estaba la construcción, posteriormente a este trabajo empezaron a desplantarse los cimientos”.

El habitante de Tayata cuenta que no se pudo terminar, porque los precios de la materia prima como cemento, varilla y arena se encarecieron.

Posteriormente, cuando empezaron a llegar recursos del Gobierno Federal y Estatal se continuó y se le dio culminación a la obra, la cual presta sus servicios.

Este edificio cuenta con un auditorio, corredor, biblioteca y primaria, mide aproximadamente 40 metros de largo por 10 de ancho.

Señala que las aulas, que se construyeron últimamente en esta área, rompieron con las características de la región, “además son muy chicas, no como las que se construían anteriormente”.

“Las casas de antes tenían hasta cinco metros de altura, eran anchas y como modelo llevaban tejas, pretiles, jardines, banquetas amplias de más de tres metros hacia la calle, este espacio servía para que las personas mayores salieran por las tardes a sentarse a disfrutar de la tarde o la noche, además de que habían amplios patios”.

Otras casas se conservan, pero necesitan atención, además mencionan que los dueños han ido falleciendo y sus familiares las derriban y ya no construyen el modelo local de vivienda. “Los herederos han ido quitando las casas de la época y ahora las construyen de dos o tres plantas y de lujo”.

Antes, cuando existía el interés de una persona para construir una casa, se le avisaba a los demás pobladores y todos acudían a dar su colaboración, había algunos que labraban la madera, otros hacían adobes y todos participaban.

Cocer cal, oficio

que se perdió

En la comunidad de Santa Catarina Tayata eran conocidos los señores que hacían la cal de horno, entre ellos, dos personas que sabían perfectamente del oficio, es el señor Noé Osorio Domínguez y Noel Osorio Aguilar, personas ya mayores de edad que tenían el conocimiento, ellos eran los que guiaban para que se escogiera la piedra, la suficiente leña para quemarla y el tiempo de cocimiento, sin embargo este oficio se perdió porque la gente de ahora prefiere comprar todo y olvidar nuestros oficios.

Otro de los materiales que se han ido perdiendo y que la gente de la comunidad lo sabían hacer, es la teja que se colocaba en las casas de madera o adobe, las cuales eran de dos aguas, y se hacían con grandes vigas, madera a la cual la gente tenía acceso.

Hoy en día sólo quedan 12 edificios y casas conservadas de materiales originales de la comunidad, una de ellas se ubica en el centro de la población que es la casa donde está actualmente el museo comunitario tayatense, que antes se llamaba la Casa del Campesino, obra que se realizó cuando vino una misión cultural en el año de 1929, esta casa fue diseñada para que fuera tomada como modelo con la intensión de que todas las construcciones fueran de esas características, terminándola en 1930.

“Los habitantes de esta población la han considerado como una joya propia del municipio, ya que aquí fue agencia de correo, comisariado de bienes comunales y ahora es el museo comunitario”.

Las casas vernáculas que permanecen son las de: el señor Floriberto Heras Cruz, de la profesora Estela Reyes Ortiz, de Alfonso Ramírez Ortiz y de su hermano Manuel Ramírez Ortiz, Palemón Hernández Reyes, Adalid Osorio Cruz, Luis Aguilar Hernández, también Aulia, Rosalía y Alberto Paz Gatica, todas estas casas están construidas con, adobe, piedra, cal y están techadas con teja y madera.