Santiago de Chile, Chile.- En línea con lo esperado por el mercado, el Banco Central (BC) decidió ayer mantener, por séptimo mes consecutivo, la tasa de política monetaria (TPM) en 3,5%.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR
La decisión del ente rector comienza a configurar el escenario proyectado por los expertos consultados por Latin Focus Consensus Forecast, quienes estiman que Chile tendrá la tasa más baja de Latinoamérica, al menos hasta 2018, año en que se situaría en 4,13% (promedio de lo estimado por los encuestados).
En 2019 y 2020, el país sería superado por Perú, en donde se apuesta por una tasa rectora de 4% y 3,68%, respectivamente (ver tabla).
Actualmente, Chile ya lidera la región con la tasa más baja, le siguen México con 3,75% y Perú, con 4,25%. Mientras que las mayores tasas de interés corresponden a Brasil con 14,25% y Colombia 7,25%.
Las razones
Para los economistas, hay al menos tres razones que explican por qué Chile ha logrado mantener una política expansiva en comparación con los países del bloque: una inflación anclada, la solidez económica y la imposibilidad de intervenir directamente en el tipo de cambio.
El economista jefe de BICE Inversiones, Sebastián Senzacqua, pone el acento en el factor inflación. Sostiene que a diferencia de lo que ocurre con países como Brasil y Colombia, donde esta variable llega a 9,3% y 8,2%, respectivamente, en Chile, más allá de la preocupación puntual porque la inflación esté sobre el rango meta de 2% a 4%, “la perspectiva es que irá convergiendo al 3%, posiblemente el próximo año”.
El economista y subgerente de estudios de Banchile, Nathan Pincheira, añade que en Chile el tipo de cambio flota libremente y el Banco Central sólo interviene en algunas oportunidades puntuales. Distinta es la situación de Perú y Colombia, donde se interviene el tipo de cambio directamente, lo que ha gatillado una política más activa de alza de tasas.
Para el economista jefe de Banco Santander, Felipe Bravo, “lo que se ha visto se debe a que uno de los principales atributos de la economía chilena es, precisamente la solidez financiera, lo que se traduce a un nivel de endeudamiento más bajo respecto del mundo y de riesgos acotados en cuanto a los descalces cambiarios”.
Esto implica que en los países que han visto una fuerte depreciación de su moneda y cuya deuda pública y privada está en divisa extranjera, la carga de endeudamiento se hace más pesada, pues se necesita más dinero denominado en moneda local para pagar dichos compromisos en dólares y/o euros.
Bravo enfatiza en que “hoy podemos darnos el lujo de una política monetaria expansiva en un ambiente como el que tenemos, porque nuestras condiciones de vulnerabilidad financiera dado el endeudamiento con el resto del mundo, lo permiten”.
Polémica por sesgo
El Banco Central, ratificó la trayectoria alcista de la TPM anticipada en el Ipom (dos alzas de 25 puntos base en un horizonte de dos años), pero con una precisión que abrió la polémica en el mercado.
El BC puntualizó que “desviaciones significativas de la convergencia de la inflación podrían modificar dicho ritmo”.
En ese sentido, en BBVA interpretaron que la nueva frase introducida en el sesgo “no hace más que generar las condiciones para actuar de modo más agresivo en un escenario de no convergencia inflacionaria respecto del escenario base”, lo que podría darse por una depreciación significativa del peso asociada a eventos de volatidad externa.
Para Banchile, en tanto, “el considerar un escenario donde la normalización podría ser más lenta, creemos es lo más relevante, básicamente porque el sesgo contractivo ya está vigente, independiente de la velocidad, pero ahora se abre la posibilidad de que en el caso que se den las condiciones, la neutralidad se instale en el comunicado.
A juicio de BCI se mantiene el sesgo contractivo, aunque se abre a la posibilidad de un ritmo más moderado en el ajuste monetario, respecto a lo señalado en el último IPoM ante posibles desviaciones en la convergencia de la inflación”.
Cabe consignar que en el escenario interno, el Central destacó que la inflación a dos años se mantiene anclada; es más, eliminó la referencia a que la inflación en 12 meses continuaría sobre 4% por algunos meses.
Respecto al contexto externo, el ente rector advirtió sobre los riesgos asociados al referéndum en el Reino Unido y el ritmo de normalización monetaria de la Fed.