Ottawa, Canadá.- El gobierno de Canadá presentó ante el parlamento un proyecto de ley para permitir la muerte asistida a personas mentalmente competentes, pero con alguna enfermedad incurable que les ocasione dolor extremo.
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El proyecto de ley fue presentado por las ministras de Salud, Jane Philpott, y de Justicia, Jody Wilson-Raybould, y es fruto de la decisión el año pasado de la Corte Suprema del país de declarar anticonstitucional la prohibición existente de permitir el suicidio asistido.
El gobierno federal optó por el enfoque más restrictivo – y consensual – excluyendo a los enfermos crónicos y postergando para más tarde los duros debates sobre el consentimiento previo y el acceso de menores de edad y de personas con discapacidad mental para obtener esa ayuda.
El proyecto de ley C-14 se conforma con modificar el Código Penal dispensando al cuerpo médico de los artículos que condenan la ayuda al suicidio y el hecho de acelerar la muerte, delegando en las provincias y colegios médicos la responsabilidad de crear los reglamentos para enmarcar, en el detalle, la práctica.
Para ser elegible a la ayuda médica para morir, una persona debe:
Ser mayor y capaz de dar su consentimiento;
Estar atacada de “una enfermedad, trastorno o discapacidad grave e incurable”;
Sufrir una “disminución avanzada e irreversible” de sus “capacidades”;
Tener “sufrimientos físicos o psicológicos persistentes que le resultan intolerables “;
Estar moribunda.
En este sentido, si el proyecto de ley no habla, como lo hace el de Quebec, de “fin de vida”, dice que la “muerte natural” de la persona debe “ser razonablemente previsible”. Aunque no es necesario hacer un pronóstico en cuanto a la esperanza de vida. En una sesión informativa, los funcionarios federales han reconocido que se trataba de un “concepto flexible”, que deja libertad a los médicos, pero que se entiende que la muerte “no debe estar demasiado alejada en el tiempo”.
Además, aunque el proyecto de ley adhiere estrechamente al lenguaje de la Corte Suprema, (que hace referencia a “problemas de salud graves e irreversibles” que causan sufrimiento físico o psicológico “persistente” e “intolerable”), refleja una interpretación muy estrecha al excluir a cualquier persona cuya muerte no sea inminente. Los jueces, al no escribir en ningún lado que descartaban ese escenario, parecían más bien haber abierto la puerta de la ayuda a morir a los enfermos crónicos y los discapacitados.
La ministra de Justicia, Jody Wilson-Raybould, asegura que el gobierno hizo una interpretación correcta de la sentencia de la Corte. Así que aunque los jueces no la han escrito, dan a entender que la asistencia es sólo para las personas en fase terminal.
“Confiamos en que este proyecto de ley podrá sobrevivir a un cuestionamiento basado en la Carta”, dijo en rueda de prensa la señora Wilson-Raybould. Ella señaló que sería “muy prematuro” considerar la presentación del proyecto de ley a la Corte Suprema. A este respecto, la ministra se compromete, – cosa inusual – a publicar en breve el análisis realizado por su ministerio para determinar la constitucionalidad de la ley. El gobierno conservador anterior fue a menudo criticado por presentar proyectos de ley invalidados por los tribunales.
Críticas
Esta noción de muerte “razonablemente previsible” suscita muchas críticas. Es causa de insatisfacción del Nuevo Partido Democrático, del Bloque Quebequense, y de la Asociación de libertades civiles de Columbia Británica (ALCCB), el grupo que encabezó el desafío legal al origen de este caso. La diputada del NDP Brigitte Sansoucy teme que esta ley demasiado restrictiva conduzca a una multiplicación de recursos legales. “Habrá una cola en la Corte Suprema! ”
El líder del Bloque, Rheal Fortin teme que el proyecto C-14 sea insuficiente. “Este proyecto de ley debería ser más amplio”, dijo, lamentando que no permita el “suicidio asistido” de personas que, aunque enfermas, no están moribundas. “Esta disposición sobre la muerte razonablemente previsible lo impide. “La ALCCB, por su parte, dice que el proyecto de ley” viola claramente la Carta de derechos y libertades de los canadienses que sufren”.
A favor
Del lado del partido conservador, éste felicita a Ottawa de haber adoptado un enfoque restrictivo que deja de lado los aspectos más controvertidos de la muerte asistida. “El gobierno ha sido sensible a nuestras principales recomendaciones “, se alegró Gérard Deltell.
Ottawa excluye a los menores de edad y a las personas cuya única enfermedad es psicológica. C-14 no reconoce el derecho de las personas a dar instrucciones por adelantado en previsión del tiempo cuando ya no serán capaces de buscar la muerte debido a que su condición se deterioró demasiado (por ejemplo los enfermos de Alzheimer ). Estos tres aspectos son enviados a “organismos independientes” para su análisis más profundo.
El líder del gobierno en la Cámara Dominic LeBlanc sugirió que el carácter estrecho del proyecto de ley había sido elegido deliberadamente para facilitar una rápida adopción. “Para nosotros, lo importante era respetar el Carter, la Carta de Derechos y presentar ante el Parlamento un proyecto de ley que podría ser adoptado a más tardar el 6 junio”.
El procedimiento
Las solicitudes de ayuda para morir deben ser hechas por escrito por el propio paciente después de que dos médicos independientes hayan establecido su elegibilidad. El documento será firmado ante dos testigos independientes, es decir, personas que no son beneficiarias de los testamentos de los enfermos o implicadas en sus cuidados médicos.
Un período de quince días deberá pasar entre la solicitud y el gesto fatídico. La persona deberá ser capaz en ese momento de indicar su consentimiento antes de la inyección mortal, sin el cual su pedido será invalidado.
Hay que señalar que Ottawa no legisla para garantizar la libertad de conciencia de los médicos. Le corresponderá a las provincias hacerlo, así como también garantizar que las muertes por medicamentos administrados no provoquen la “pérdida de admisibilidad de las ventajas ” para la familia, por ejemplo en materia de seguros.
La ministra de Salud, Jane Philpott, dijo que los colegios de médicos ya han hecho mucho trabajo. “Ellos están muy bien preparados y nosotros esperamos ver una aplicación relativamente uniforme en país, pero, obviamente, les corresponde a las provincias y territorios decidir. ”
Antecedentes
El año pasado una decisión unánime de la Corte Suprema de Canadá desaprobó el proyecto de ley sobre muerte asistida por afirmar que violaba la Carta de derechos y libertades.
Originalmente, la Corte le dio al gobierno federal un año para modificar el Código Penal. Sin embargo, los liberales federales electos pidieron una extensión de seis meses para elaborar una legislación propia. En febrero, la Corte Suprema les dio cuatro, por lo que el 6 de junio es la fecha tope para llegar a un marco federal que regule la muerte médica asistida.
Para la elaboración de este informe el comité celebró 16 sesiones en las que habló con 61 testigos y recibió más de 100 comunicaciones escritas.
De acuerdo con este proyecto de ley, sólo podrán ser asistidos para morir los canadienses o residentes que tengan acceso a los servicios de salud pública.
El proyecto de ley tiene que ser ahora debatido en la Cámara Baja del Parlamento canadiense, donde el gobernante Partido Liberal tiene mayoría absoluta.
El primer ministro Trudeau ha anunciado que permitirá a sus diputados que voten con libertad sobre el proyecto de ley.
Posteriormente, la legislación será debatida en el Senado canadiense, donde el opositor Partido Conservador mantiene la mayoría absoluta, lo que puede causar problemas para su aprobación definitiva.
RCI con información de Éric Grenier de CBC, Radio Canadá, Prensa canadiense, Internet.