Esta tradición lleva más de 70 años en Itunyoso, tiene sus orígenes en San Juan Copala, pueblo hermano en el cual, se encuentra Juan uno de los tres hermanos que formaron los pueblos Triquis de la montaña hace miles de años.
Para los habitantes de Itunyoso realizar esta petición requiere de sacrificios, de fe y mucha devoción a sus creencias, ya que para ello participa la comunidad, los ancianos, los niños y jóvenes quienes comparten este ritual.
Algo característico de este pedimento a la lluvia a diferencia de Molinos, Yucuañe, Tindaco entre otros pueblos más no se permite la participación de la mujer, el ánima a sacrificar no debe gritar, no se fuma, no se toma cerca de la cueva, porque esto significa alejar al señor de la lluvia.
El ritual inicia con el anuncio de la fiesta desde la casa del mayordomo para después salir a las calles, llevar el copal e incienso y al ritmo de la música de violín llegar a la iglesia en el centro de la comunidad, para después encontrases con las familias que asumirán el cargo de mayordomos el año venidero.
Luego de caminar unos minutos, se llega al sitio de las cruces donde el “Pagador” un personaje característico de la comunidad, es quien acompaña al mayordomo y pide permiso para bajar a la cueva, reza, sopla humo de copal a los asistentes y comparte diferentes bebidas antes de bajar al lugar de la Casa del Rayo.
Después de una caminata de más de 40 minutos cuesta abajo, se llega a la cueva; un espacio cavernoso con una apertura menos a un metro en el que apenas caben tres personas entre ellos sólo los mayordomos, el que se encuentra en turno y el que recibe el cargo, esto para llevar la ofrenda que consiste en mole de frijol, tortillas, pulque y al final el sacrificio de un chivo joven, el cual será devorado por los espíritus.
Una vez terminado el ritual que dura poco más de una hora, sale el mayordomo de la cueva agradece a los asistentes y posteriormente se suelta la música, los cohetes y se comparte con la comunidad, ahí don Marcelino López habló de este compromiso cumplido con su comunidad.
“Es muy bonita la tradición, servir a mi pueblo es un orgullo y lo hacemos con mucho gusto, la gente nos acompaña y lo único que queremos es que haya cosecha, agua y la bendición del Santo Patrón San Marco”, dijo.
Emilio Martínez López, presidente municipal de San Martín Itunyoso, contó que esta tradición es vital para la comunidad, se comparte, se aprende y es sinónimo de respeto a nuestra tierra y a nuestros antepasados. “Guardamos mucho respeto a nuestras tradiciones y costumbres de nuestro pueblo, como autoridad nos sumamos a los festejos, apoyamos en lo que se puede y tenemos la obligación de difundir esta actividad en la comunidad y con las nuevas generaciones”, explicó.
Finalmente, la comunidad retorna nuevamente al sitio de las cruces para compartir la bebida, fumar y bailar al ritmo de la música viva para después ir a la Casa del mayordomo anfitrión y compartir un rico caldo de res rojo, tortillas, sal y limón; un platillo propio de San Martín y elaborado sólo para ocasiones especiales, después de varias horas de convivencia, los mayordomos salientes van a la casa de los nuevos mayordomos para entregar el Cofre de los Tesoros, el cual contiene artículos Sagrados como veladoras, pañuelos y demás en representación del nuevo cargo a fungir el año entrante en este ritual a la lluvia en la Casa del Rayo.